La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió “algunas recomendaciones” de parte de la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, para ser “más afinada” en otorgar la condición de refugiadas a las personas solicitantes de asilo.
Así lo explica el coordinador general del organismo, Andrés Alfonso Ramírez Silva, en una entrevista este lunes con EFE.
“Había una gran preocupación legítima. Primera, nuestra, y así se hizo ver a la secretaria y ella, buscando apoyarnos, nos dio algunas recomendaciones al respecto”, relata.
Estas guías iban en la dirección de ser “más afinados” en cuanto a la admisión de personas en el proceso para otorgarles la condición de refugiadas, la misión central de la Comar, para que quienes la recibieran “fuesen los que realmente la necesitan”, de acuerdo a Ramírez.
“Aquí quiero ser más explícito”, desgrana, porque “la Comar no fue creada para que las personas viajen a Estados Unidos” o para quienes “no tienen una alternativa”, sino que su espíritu es “dar acceso” a quienes “necesitan protección internacional”.
Según Ramírez, “lo que estaba ocurriendo ya desde el 2021, pero todavía con más fuerza en 2023, es que muchos consideraban que tenían que pasar a la Comar antes para poder conseguir un documento para irse a Estados Unidos”.
La llegada de este grueso de personas descrito por Ramírez produce “dos grandes aspectos muy negativos”: “Uno es que se hace un uso inadecuado del sistema de asilo en detrimento de la Comar porque estaba prácticamente al borde del colapso”.
Y, el segundo, el «detrimento de los genuinos refugiados” porque quedaban en una “situación muy complicada” al tener la Comar que atender una “cantidad enorme de personas” que, en realidad, “no necesitaban protección internacional” o, si la necesitaban, “no la querían en México, sino en Estados Unidos”.
El resultado de las “medidas” que se tomaron, según aporta el titular nombrado en 2018, es una disminución de solicitantes y una “más alta tasa de reconocimiento” de quienes acuden.
Las estadísticas de la Comar señalan que, a partir de noviembre de 2023, cuando Alcalde llevaba pocos meses en la cartera de Gobernación y después de una visita a la ciudad fronteriza de Tapachula (sureño estado de Chiapas), se registró un descenso marcado de las solicitudes de asilo: 8.626, frente a las 14.703 de octubre.
El impacto en las Visas por Razones Humanitarias
Cuando la Comar estudia si el solicitante puede recibir la condición de refugiado, se le brinda una constancia conforme se inició el proceso, lo que permite tener, entre otras identificaciones, una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias (TVRH), que expide el Instituto Nacional de Migración (INM).
Es un título al que, según el instituto, tiene derecho “toda persona en movilidad” o quienes están tramitando el reconocimiento de la condición de refugiado.
Tal cual refleja el Boletín Mensual de Estadísticas Migratorias de 2023, sus cifras de expedición también se vieron influenciadas por la reunión capitaneada por Alcalde entre diferentes autoridades en Chiapas: si bien durante la mayoría del año se mantuvieron estables alrededor de las 13.000 TVRH mensuales, en octubre rompieron la barrera de los 10.000 y llegaron a 6.699.
La tendencia siguió durante los cinco primeros meses de 2024: en enero se emitieron 168; en febrero, 256; en marzo, 191; en abril, 272, y, en mayo, 356.
Por otra parte, Ramírez rechaza categóricamente que la Comar aplique, junto a otras autoridades, una “política de cansar” a los migrantes para que desistan de regularizar su situación.
“Lo refuto totalmente”, asevera, y asegura que “nosotros no cansamos a nadie ni nos cansamos, es nuestra obligación, atribución y convicción”.
Con la proximidad del adiós del presidente, Andrés Manuel López Obrador, para el 1 de octubre, Ramírez lamenta que el presupuesto de la Comar es “insuficiente”, a pesar de celebrar que el organismo ha trabajado “como nunca”.
Así, muestra optimismo por la llegada de Claudia Sheinbaum a las riendas del Palacio Nacional, pues su equipo se mostró “muy interesado” en abordar su presupuesto durante la campaña.
“Ellos consideraban que era una obligación del Estado mexicano el suministrar más recursos a la Comar”, revela Ramírez, titular de un organismo que, tras quejas vecinales por la presencia de migrantes sintecho en sus cercanías, lleva dos meses con su sede operativa cerrada en la capital mexicana.