ESPEJOS DE LA REALIDAD
En el Estado de Hidalgo, dos vidas se desarrollan en contextos diametralmente opuestos. María, quien limpia casas en Xochiatipan, un municipio donde más del 85% de la población vive en pobreza, lo hace para mantener a su familia.
Mientras tanto, José, empresario en Pachuca, cierra tratos en restaurantes exclusivos, sin haber conocido la palabra “carencia”. Y es que esta carrera por una vida de calidad no solo parte de diferentes lados, sino que uno siempre estuvo en la línea de la meta y el otro nunca la ha alcanzado a ver.
Los datos duros*
La desigualdad se esconde en detalles cotidianos: en las calles con baches, en los hospitales sin camas y hasta en el plato del desayuno. De acuerdo al Coneval, en 2022, el 41% de la población hidalguense seguía en situación de pobreza, un avance respecto al 50.8% en 2020.
Lo inquietante es que, pese a este avance, las carencias sociales aumentaron, especialmente en seguridad social, donde 7 de cada 10 hidalguenses carecen de pensión, asistencia médica y otros derechos esenciales. Es importante recordar que la desigualdad no solo se mide en términos de riqueza, sino en el acceso a servicios que garantizan una vida digna.
El mito de la meritocracia
La investigadora Alice Krozer escribe: “El mito de la meritocracia no solo es falso, sino también injusto. Acepta una diferencia de ingresos sistemática ignorando que el privilegio es acumulativo.”
Este concepto, que sostiene que el éxito depende únicamente del esfuerzo y la habilidad individual, ignora a mujeres como María, quienes luchan con limitaciones significativas que impiden el acceso pleno a sus derechos. Mientras José puede aprovechar una red de contactos, educación privada y servicios de salud de calidad, no porque “le echó más ganas”, sino porque su origen socioeconómico lo privilegió.
Los pendientes gubernamentales y las políticas públicas
Es vital reconocer que la desigualdad en Hidalgo no se limita a una diferencia de ingresos, sino que también implica una falta de oportunidades y acceso a recursos. A pesar de la disminución en la pobreza, las carencias sociales aumentaron. Las políticas públicas deben ir más allá de la simple distribución de apoyos, y buscar reformas estructurales que promuevan una verdadera equidad.
La organización internacional Oxfam sugiere que se implementen medidas que garanticen un acceso equitativo a educación, salud y otros servicios esenciales, con un enfoque especial en las zonas rurales e indígenas. No basta con mitigar la pobreza, se trata de generar igualdad de oportunidades para todos.
Cerrar la brecha entre María y José es posible, pero debemos mover la línea de la meta. Los servidores públicos deben mantener un enfoque integral y estar dispuestos a reconocer y corregir sus errores. Nosotros, como sociedad, debemos cuestionar y no conformarnos con excusas que simplifican la realidad. Al final, pregúntate: ¿Lo que has logrado, fue con el sudor de tu frente o el de muchas otras?
*Todos los datos obtenidos para esta columna se obtuvieron de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Informe de pobreza y evaluación 2022. Hidalgo. Ciudad de México: CONEVAL, 2022.
