La exvicepresidenta de Costa Rica Epsy Campbell señaló que “es realmente inaceptable que el sistema financiero excluya sistemáticamente a las mujeres”, por lo que llamó a crear un “banco global de las mujeres” para otorgarles la oportunidad de ser independientes a nivel económico y favorecer que sus negocios empresariales prosperen.
“Somos las mejores pagadoras y eso está demostrado. Pero somos las que tenemos menos acceso al crédito productivo, al préstamo personal para una vivienda o a que nos permitan realmente resolver problemas fundamentales”, apuntó Campbell en una entrevista con EFE, durante su visita a Quito con motivo de su participación en la jornada sobre liderazgo empresarial femenino Foro LID 2024.
Campbell, la primera mujer afrodescendiente en ocupar una vicepresidencia en la región latinoamericana, quien ocupó el cargo en Costa Rica durante el periodo 2018-2022, agregó que los estereotipos de género atentan no sólo contra los derechos de las mujeres, sino que también “contra el propio desarrollo económico y financiero de los países”.
Por ello, la actual presidenta del Foro Permanente de Afrodescendientes de las Naciones Unidas aseveró que la autonomía económica “es un tema central” porque, como agregó, el desarrollo de América Latina “no va a ser posible sin la participación de las mujeres”.
Campbell apuntó, además, que “la vulnerabilidad y dependencia financiera vulnerabilizan todos los demás derechos” y dificultan que las mujeres enfrenten las violencias de género.
La exvicepresidenta agregó también que las latinoamericanas tienen “una gran creatividad” e “ideas súper novedosas” desaprovechadas por no invertir en ellas, ni dejar que sus proyectos sean sostenibles.
Invertir en política pública
“El tema de la capacitación y la formación ya no es un pretexto”, afirmó Campbell, quien aseguró que cada vez se egresan más mujeres que hombres en las universidades.
Sin embargo, la investigadora en Derechos Humanos reconoció que la región vive situaciones muy desafiantes en materia de violencia y exclusión social, que derivan en que muchas mujeres abandonen el sistema educativo.
En este sentido, instó a los Gobiernos a brindar oportunidades a la juventud y “no sólo a reforzar los aparatos de seguridad”. “Definitivamente el estado es el responsable de orientar al país para llevarlo a un cierto lugar”, dijo.
Señaló que la única manera de hacer frente a estos retos es a través de “políticas públicas que tengan posibilidad de ser medidas con indicadores claros y con rendición de cuentas”.
“El desafío es que los discursos los pongamos en acciones y que a las acciones les pongamos presupuesto”, apostilló.
Mujeres en la política latinoamericana
Campbell también indicó que “hay que seguir legislando en favor de la participación política de las mujeres” para que estas tomen decisiones que redunden en el bienestar de todas y se alcance la paridad en los parlamentos de la región, donde el 70 % de las sillas las ocupan los hombres actualmente.
La primera vicepresidenta afrodescendiente de América Latina confesó que las políticas aún sufren discriminaciones de género y que ser la primera puede ser a veces “una carga pesada” porque si “una se equivoca, se equivocan todas, pero si una tiene éxito, no tienen éxito todas».
También dijo ser consciente de que sus ancestras afrocostarricenses no tuvieron sus oportunidades. “Ser la primera implica que hubo muchas más que tal vez tuvieron mayores capacidades que yo, pero que enfrentaron obstáculos lo suficientemente grandes que no pudieron vencer”, declaró.
En la actualidad, las mujeres representan el 47,20 % de las sillas del Congreso en su país, pero aseguró que para que la paridad sea sostenible los hombres se tienen que hacer a un lado.
“Hay unos hombres que están utilizando los puestos de las mujeres. No es que vamos a usar los puestos de ellos, es que ellos están ocupando unos puestos que no les pertenecen”, sentenció.
No obstante, Campbell confesó que lucha contra las injusticias desde una perspectiva positiva porque tiene grandes esperanzas en la juventud.
“Estamos al frente de un salto cuántico generacional y allá en el horizonte nos espera un mundo de justicia, de equidad y de sostenibilidad” porque «los cambios vienen, son inevitables», concluyó.