RELATOS DE VIDA
Su llegada fue por palancas y el puesto prácticamente un regalo, casi no iba a la oficina, delegaba todas las labores y pendientes, y todavía se daba el lujo de tratar mal a los trabajadores que no le caían bien, o peor aún, que se llevaban mejor con otros compañeros.
Rigoberta no cumple con el perfil para el puesto que medio desempeña, es caprichosa, manipuladora, vengativa, convenenciera, y utiliza su posición para obtener lo que quiere, además de acostumbrar al personal a darle obsequios para conseguir un permiso.
Después de algunos años, un joven llegó al centro laboral, su puesto era de los más bajos en cuanto a remuneración económica, pero, su verdadera encomienda era descubrir la corrupción al interior y desenmascarar a la jefa.
Por el lapso de un mes, Roberto, el empleado encubierto, recopiló todas las pruebas para ventilar el influyentismo, acoso laboral y corrupción, y acudió con sus superiores a quienes les contó la situación mientras mostraba la evidencia, en imágenes y videos.
También mostró una serie de copias en donde se refleja el desvío de recursos y el abuso de poder, acciones que previamente habían sido denunciadas por otros empleados, y a los que no les dieron seguimiento, por ser recomendada.
Después de un análisis y debate de los altos mandos, llamaron a Rigoberta, le mostraron las pruebas, la despidieron y además inhabilitaron para que no volviera a trabajar en una dependencia del gobierno.
Comenzó a buscar trabajo, sin embargo, no contaba con referencias ni recomendaciones laborales y tuvo que empezar desde cero, pero en el único lugar donde no le solicitaban dichos documentos era un restaurante de comida rápida, en donde el karma le cobra diariamente lo que hizo.
