Los enfrentamientos entre grupos delictivos, también han dejado víctimas inocentes, incluidos menores de edad y civiles
La violencia en centros nocturnos y bares de México ha alcanzado niveles alarmantes; de ello un prestigiado diario reveló que se han registrado al menos 35 ataques a balazos en establecimientos de este tipo en 16 estados, resultando en la muerte de más de 98 personas, desde enero hasta la fecha.
Esta preocupante tendencia, marcada por enfrentamientos entre grupos delictivos, también ha dejado víctimas inocentes, incluidos menores de edad y civiles sin vínculos con el crimen organizado.
Uno de los casos más recientes y trágicos ocurrió el pasado sábado en el Centro de Querétaro, cuando un grupo de sicarios irrumpió en un bar con la intención de asesinar a Fernando González Núñez, alias “La Flaca” y presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El ataque dejó un saldo de diez personas muertas, entre ellas acompañantes y clientes inocentes.
En respuesta, las autoridades locales clausuraron al menos diez bares y comenzaron un operativo de revisión en la zona para regular los establecimientos nocturnos.
Otro ataque impactante ocurrió el domingo en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, donde seis personas fueron asesinadas en el bar Bling Bling.
Entre las víctimas se encontraba Rogelio, un joven militar de 21 años que, según su familia, no tenía relación con el crimen organizado.
Este incidente, al igual que el ataque en Querétaro, muestra cómo los bares y antros se han convertido en escenarios de violencia.
Desde Guanajuato hasta Jalisco, pasando por Tabasco, Morelos y Baja California, la violencia en centros nocturnos ha sembrado el miedo en múltiples estados.
Los ataques, con frecuencia atribuidos a enfrentamientos entre cárteles rivales como el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima, han afectado tanto a objetivos específicos como a civiles.
En Querétaro, Fátima Ramos y Berenice López, jóvenes sin ningún vínculo con el crimen, perdieron la vida en el ataque contra “La Flaca”.
Los constantes enfrentamientos han llevado a las autoridades a tomar medidas como clausuras y ampliación de inspecciones en bares y antros para tratar de frenar esta escalada de violencia.
Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y la creciente pugna territorial entre cárteles plantea un grave desafío a la seguridad en lugares que deberían ser de esparcimiento y diversión para la ciudadanía.
Mientras tanto, familiares de las víctimas y la población en general exigen una respuesta contundente para recuperar la tranquilidad en las calles, pues los bares y centros nocturnos han pasado de ser espacios de convivencia a peligrosos escenarios de violencia donde la vida de cualquier persona puede estar en juego.