La egresada de la Licenciatura en Ingeniería en Materiales por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Susana López Ortíz, busca crear un material que combata el cáncer sin dañar las células sanas, y que sea accesible y de bajo costo.
El proyecto titulado “Generación y desarrollo de nanomateriales con aplicaciones biológicas”, tiene como propósito diseñar un compuesto a base de hidroxiapatita, un mineral de fosfato de calcio —componente principal de los huesos y dientes—, que sea compatible con el cuerpo humano para que no sea rechazado por el sistema inmunológico.
El objetivo es desarrollarlo en el laboratorio mediante un proceso sencillo, usando materiales comunes y económicos con la intención de hacerlo más accesible para la población.
Dijo que la idea surgió después de que logró estandarizar el proceso para obtener hidroxiapatita sintética, un componente presente en huesos y dientes, con la intención de aplicarlo en la regeneración ósea, y al combinarla con selenio, sus propiedades mejoran para atacar células cancerosas, abriendo la puerta a tratamientos oncológicos menos agresivos y con mejores resultados.
La egresada del Doctorado en Ciencias de los Materiales, explicó que, aunque existen varios tratamientos para eliminar las células enfermas, como la radioterapia o la quimioterapia, estos suelen causar efectos secundarios, por esta razón, está utilizando hidroxiapatita, el cual ha demostrado ser altamente eficaz para penetrar las células cancerígenas y destruirlas desde el núcleo, sin dañar las células sanas.
Refirió que existen estudios internacionales que han explorado el uso de la hidroxiapatita contra el cáncer, y al desarrollar en el laboratorio un método para obtener este material en su máxima pureza, se realizaron pruebas de toxicidad en diversos centros de investigación, incluido uno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Destacó que los estudios realizados sobre el compuesto desarrollado, demostraron que la hidroxiapatita obtenida mediante su fórmula presenta un 95 por ciento de viabilidad celular, con lo que muestra no sólo potencial en la medicina regenerativa ósea, sino que, también se posiciona como un candidato ideal para tratamientos oncológicos.