El Valencia Basket visitará este domingo en el Movistar Arena al Real Madrid, en el segundo encuentro de la final de la Liga Endesa, obligado a afilar su juego en ataque y en defensa para lograr un triunfo que compense su derrota del viernes y le permita afrontar el choque del miércoles en la Fonteta sin el agua al cuello que supondría un 2-0 en contra.
En el primer encuentro de la serie, el Valencia arrancó intenso en defensa pero la falta de acierto ofensivo, especialmente en la línea de 6,75, hizo que con el paso de los minutos bajaran sus prestaciones atrás y cediera el mando del encuentro a su rival. Cuando el Real Madrid aceleró en el inicio del último parcial, no tuvo armas para contrarrestarlo.
Parte de los errores ofensivos del Valencia se pudieron deber a los nervios por jugar una final que ninguno de sus jugadores antes había disputado, un peaje que podría no tener que pagar ya en este segundo partido y que afectó especialmente al dominicano Jean Montero, su principal referencia en ataque, que acabó con 1 de 9 en tiros de campo y sin ir a la línea de tiros libres. También a Sergio De Larrea le costó más que otros días.
Sin la generación de juego de ambos, no les llegaron balones cómodos a otros como Semi Ojeleye, Nate Sestina o Josep Puerto, que entre los tres acumularon solo cuatro tiros de campo. En esta situación, muchas situaciones acabaron en acciones individuales de Chris Jones, cuyo desigual acierto aguantó al equipo en algunos momentos pero está lejos de poder levantar un partido ante un rival así. Al menos Brancou Badio demostró que sigue en estado de gracia.
Sacudirse los nervios y aumentar el acierto ofensivo debe ser el primer paso para mejorar la versión ofrecida en el WiZink Center. La mayor confianza en ataque debe arrastrar a una defensa más agresiva, especialmente en la primera línea.
El viernes, pese a la dificultad de la empresa, el Valencia pudo controlar a Walter Tavares durante muchos minutos, en parte por la buena labor de Nate Reuvers, pero sus compañeros exteriores, especialmente Montero, Chris Jones y el propio De Larrea, sufrieron para evitar las penetraciones de sus pares, una situación que el Valencia debe mejorar.
Una defensa más afilada en primera línea debería además permitir al Valencia anotar en transición, algo que apenas pudo hacer el viernes y que es una de las claves de su juego este curso.
Como ocurrió en el primer partido, el Valencia estará apoyado en la grada por cerca de doscientos seguidores, en este caso para tratar de sumar un triunfo que evite que regrese a casa al filo el abismo.
En el caso de que el Real Madrid sume un segundo triunfo, el Valencia jugaría el miércoles en la Fonteta obligado a ganar para seguir vivo y, de hecho, debería sumar tres victorias seguidas para lograr el título.
Con la única baja de Ethan Happ, el Valencia volverá a tener que hacer dos descartes técnicos. En los últimos encuentros en los que Pedro Martínez ha tenido catorce jugadores, los elegidos han sido Stefan Jovic y Amida Brimah.