El uzbeko Asadkhuja Muydinkhujaev se ha colgado la medalla de oro en la categoría de 71 kilos al imponerse por decisión unánime, aunque por escaso margen de puntos (29-28) al mexicano Marco Alonso Verde, quien llevó la iniciativa del combate, pero encajó los golpes más precisos del rival.
Verde (Mazatlan, 22 años), jugador de beisbol en sus inicios deportivos, salio al ataque ante un rival peligroso, campeón del Mundo en su categoría y bicampeón de su país. El mexicano entró en la dinámica de atosigar al uzbeko, pero éste fue capaz de defenderse lanzando golpes a la contra que le dieron puntos desde el principio.
En el segundo asalto los mejores golpes en Roland Garros no fueron de los tenistas, sino de Muydinkhujaev, quien rotaba en torno a su rival, lanzaba sus puños contra el rostro de verde y se marchaba de la zona de peligro, sin querer entrar al intercambio de golpes. El asalto lo ganó el campeón olímpico por un solo punto.
Se le complicó el combate al púgil mexicano. Desde la grada la afición mexicana insistía: «Sí se puede, sí se puede». El templo del tenis, luminoso y atractivo para la ocasión estaba a punto de ver al nuevo medallista de oro.
A la desesperada, el mexicano trataba de buscar el golpe definitivo, para solucionar por la vía rápida, pero el uzbeko tiró de clase, evitó entrar en la refriega, y aunque encajó algún impacto de derecha, también le llegó con claridad en alguna ocasión a su oponente.
Ante la decepción de los cientos de mexicanos que no paraban de animar en la grada, Verde, cuyo padre, también boxeador, compitió en los Juegos de Barcelona 92, hubo de conformarse con la medalla de plata. El campeón añadió a su palmarés el título olímpico en París.