El Tren Maya, obra insignia del oficialismo en México, cumplió ayer un año de operaciones, con solo un 20% de su meta de pasajeros y demandas de mejoras en el servicio, mientras el Gobierno y empresarios buscan nuevas formas de atraer a turistas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, inauguró el tramo 7 del Tren Maya, con lo que queda completo el circuito de mil 554 kilómetros que conecta los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Según cifras de la empresa militar Tren Maya, en el primer año de operaciones se atendieron a 603.182 pasajeros, un 20% de los tres millones de usuarios planteados como meta.
De los pasajeros registrados, solo 33 mil 547 corresponden a turistas extranjeros, 281 mil 593 son nacionales, 167 mil 901 locales y 120 mil 141 adultos mayores, estudiantes, maestros y personas con discapacidad.
La obra, proyecto emblema del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) para el sureste mexicano, ha sido cuestionada también por su sobrecosto de más de 500 mil millones de pesos, cuando originalmente estaban contemplados 140 mil millones de pesos.
Durante un recorrido por la estación de Cancún, EFE pudo constatar que el lugar aún se mantiene en obra y en la zona comercial solo está en operación la tienda oficial del Tren Maya con artículos promocionales.
Para el pasajero Manuel Mestre, este nuevo medio de transporte será muy importante en la región, pero actualmente tiene deficiencias que hacen difícil la experiencia para los usuarios.
“Los trenes son impecables, son tal cual como los trenes de cualquier lugar de Europa, funcionan impecables, son puntuales, (es) muy tranquilo, se puede trabajar perfectamente bien durante todo el recorrido, se puede leer, relajarte», señaló.