El rey emérito Juan Carlos I cumple este sábado su cuarto aniversario desde que se marchó de España y decidió instalar su residencia en Abu Dabi, sin que se vislumbre un plan de retorno para poner fin a la anomalía que representa su ‘exilio’ en Emiratos Árabes Unidos.
Juan Carlos, de 86 años, ha normalizado sus visitas periódicas a España, todas de carácter privado o familiar, pero la situación institucional de quien fue jefe del Estado durante casi 39 años, de 1975 a 2014, sigue siendo un interrogante.
Desde su primer viaje a España en 2022, dos meses después de que la Fiscalía archivara una investigación sobre irregularidades fiscales, ha estado en su país en doce ocasiones tras comunicar por carta a su hijo Felipe VI su deseo de prolongar su residencia en el emirato.
La mayoría de los viajes ha tenido como destino una localidad costera el noroeste de España para navegar con sus amigos de la vela.
La próxima visita está prevista a partir de la última semana de septiembre para participar en una regata y se podría dar la circunstancia de que el 3 de octubre coincida a pocos kilómetros de Felipe VI, si acude a un foro en la misma zona, y de la princesa Leonor, heredera del trono, que se forma en una escuela naval, aunque sin perspectiva de verlos.
Juan Carlos ha participado en varios encuentros con su hijo con motivo de eventos familiares, tanto en España como en Londres y Atenas, lo que ha contribuido a destensar la relación.
La última en mayo pasado, cuando concurrieron por casualidad en el aeropuerto de Vitoria, en el norte de España, lo que dio pie a un saludo y a una breve conversación.
Además, ha estado tres veces en el Palacio de la Zarzuela, la residencia real en Madrid, si bien persiste el veto a que pernocte allí.
El pasado febrero se produjo el relevo del jefe de la Casa del Rey, cuando el diplomático Camilo Villarino reemplazó a Jaime Alfonsín, uno de los actores clave en la operación que desembocó en su marcha de España.
Villarino telefoneó al rey emérito, quien sigue siendo miembro de la familia real, aunque sin asignación económica, para mostrarle su disposición a mantener un canal de comunicación.
En algunos de sus desplazamientos a España, Juan Carlos ha hecho escala en Vitoria para llevar a cabo revisiones médicas.
«De cabeza y de actividad, está fenomenal. Haber bajado peso y el continuo ejercicio con su rehabilitador le hace estar bastante más ágil que como estaba en 2020”, apuntan a EFE fuentes del entorno de Juan Carlos.
Para controlar su salud, el emérito lleva desde hace más de un año un anillo inteligente en el dedo corazón de su mano izquierda que le marca parámetros vitales como la frecuencia cardíaca.
Además de su estancia en Abu Dabi, Juan Carlos ha incrementado sus visitas a Ginebra (Suiza), donde reside su hija la infanta Cristina, y también hizo una breve escala en Lisboa para ver a su hermana, la infanta Margarita, en su último viaje a España.
Aunque mantiene el título de rey, de forma honorífica, y el de capitán general, pero en la reserva, carece de función constitucional en su país.