RETRATOS HABLADOS
El surgimiento poco natural de “opositores” a la administración del gobernador, Julio Menchaca Salazar, desde los que se erigen como “izquierdistas con denominación de origen”, hasta representantes populares, que han fincado su carrera en el arte del trapecio, hacen ver una anormalidad en el escenario político, donde la soberbia campea y con un brevísimo análisis histórico de los implicados en esta mascarada, es posible descubrir, para variar, a un grupo de gesticuladores de poca monta.
En ese sentido, los primeros personajes que tienen por vocación el ridículo, han insistido, un día sí, y otro día también, que como ellos nadie. Que son la encarnación de la lucha revolucionaria, con todo y que su patético historial, los coloca como advenedizos, y parte fundamental de los que históricamente han cantado loas al poseedor del poder en turno.
Sin embargo, en los hechos concretos, representan tan poco, que resulta un desperdicio de tiempo escribir al respecto.
Los segundos no. Saben su cuento, y no acostumbran dar pasos en falso. Hablamos de representantes populares que han clamado a los cuatro vientos, sentirse perseguidos por el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, por encabezar una “persecución siniestra” en su contra, seguramente porque ya le ven tamaños para la futura candidatura morenista al gobierno de Hidalgo, o sepa Dios por qué.
El asunto es que los señalamientos del senador, Cuauhtémoc Ochoa, derivaron en la intervención del inculpado, pero también del gobernador Menchaca, quien ha pedido a los alcaldes denuncien si fueron presas de quien, supuestamente, amenazó con hacerles temibles cosas, si le hacían la fiesta al senador de la República, quien, sin interés alguno, se ofreció a gestionarles lo que las autoridades estatales no hacen.
Ochoa es un personaje singular, de esos que logran caer siempre parados, cualquiera que sea el gobierno en la entidad, se diría sin esfuerzo alguno. De que sabe manejar los tiempos, las circunstancias, lo sabe. Por eso es que su aparente rabieta no puede ser tomada a la ligera. Su historial habla de un político que no actúa a la ligera.
Sin embargo, y bien que lo sabe, señalar directamente al segundo de a bordo del gobierno estatal, es hacerlo al propio gobernador Menchaca, y alguien que calcula hasta con decimales su proceder, como es el senador, de ninguna manera dio un paso en falso sin querer. No, lo hizo con toda la intención, y porque responde al primer tiempo de una estrategia que pretende algo más que un enfrentamiento con el secretario citado.
No va por ahí. Tampoco las actitudes bandoleras de un selecto grupo de golpeadores mediáticos. Va más allá, y en el análisis que se haga de ese proceder, y la respuesta que tarde o temprano se le debe dar a un personaje tan beneficiado por la política, sea priísta, verde ecologista o morenista.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
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