19.8 C
Hidalgo
sábado, octubre 25, 2025

El peso de la vida. Elevación.

Más Leídas

CONTORNOS LITERARIOS

Título del libro: Elevación

Autor o autora: Stephen King 

Editorial: SUMA de letras

Año: 2020

Al escuchar el nombre del novelista y cuentista Stephen King, es común que lo relacionemos con el mundo del terror. Algunos conocemos su trabajo literario por títulos que están dentro de ese género. Sin embargo, con el libro “Elevación”, el autor estadounidense demuestra que a pesar de estar encasillado en ese rubro, de vez en cuando puede escabullirse para explorar y brindarnos temáticas totalmente diferentes.

“Elevación” es una novela corta que nos presenta al personaje de Scott Carey, un hombre de mediana edad que sufre un padecimiento extraño: cada día pierde cierta cantidad de peso, pero su apariencia física es la misma. El único cambio que percibe, es la sensación de ligereza que ahora experimenta, en el sentido literal y figurado. El mismo personaje confiesa que, antes de esa “enfermedad” (si es que puede considerarse una), cargaba con mucho peso, sentía cómo se volvía “plomizo”.

Ese sentir “plomizo”, se manifiesta en las páginas del libro como una fuerza invisible, que poco a poco adquiere un poder sobre el cuerpo, que oprime y fija el andar por la vida. De igual modo, esa fuerza se encarga de construir murallas que aprisionan, levantando una barrera que separa el yo del nosotros, así como también, el nosotros del ellos, representado  en la gente de Castle Rock (lugar en el que se desarrolla la historia) quienes rechazan a una pareja de lesbianas que llevan apenas ocho meses viviendo en dicho sitio. Cada uno de estos bandos marca su zona defensiva, custodiada por ideologías que impiden el paso, permitiendo la entrada solo al odio y la intolerancia.

No obstante, Scott nos enseña que para conocer y conectar con la verdadera esencia del otro, necesitamos derribar esa barrera y desprendernos de ese peso que nos mantiene atados. Y justamente, en ese soltar y fluir, abrimos la posibilidad para establecer relaciones puras y genuinas con los demás, que pueden convertirse en vínculos de amistad.

De esta forma, la amistad en la novela es un símbolo de ayuda y de consuelo en tiempos difíciles. A veces la presencia de un buen amigo, es lo único que necesitamos cuando hacemos frente a la adversidad. Un amigo que tiende su mano para sujetarnos bien de ella en cada caída, un amigo que presta sus oídos como resguardo de nuestros desahogos, un amigo que acompañe sin juzgar, que entienda cada una de nuestras decisiones durante el proceso que estamos afrontando. 

Así mismo, el libro nos revela otro factor que juega un papel importante dentro de la historia: la muerte. Su presencia es inadvertida, pero está ahí, acechando, contando los días, esperando con ansias el final. Scott presiente la muerte, sabe que su fin está cerca, y en lugar de agobiarse por ello, prefiere centrar su atención en disfrutar cada día que aún le queda por delante: “¿Por qué sentirse mal por lo que no podía cambiar? ¿Por qué no aceptarlo de brazos abiertos?”.

Cuando Scott acepta su destino, comienza percibir la vida diferente, hay una  “elevación” que se cuela en su ser, y parece estar presente en aquellas cosas ordinarias de la vida misma: “es una sensación de que uno había ido más allá de sí mismo y podía llegar aún más lejos”.  Con lo anterior, Scott nos muestra que cuando la muerte nos está respirando detrás de la nuca, extrañamente nuestra percepción acerca de la vida cambia, su valor parece aumentar, no sólo para nosotros sino también para la gente que nos rodea.

Con esta historia, Stephen King nos exhorta a buscar esa elevación a lo largo de nuestra corta o larga existencia, y no únicamente cuando la muerte está cerca. Ya que, muchas veces damos por sentada que la vida siempre va estar allí, sin en cambio, existe un reloj en cuenta regresiva que avanza día con día, esperando el momento para robar nuestro último suspiro. Desafortunadamente, no podemos escapar de ese final, aunque lo que sí podemos hacer es gozar la existencia desde la ligereza, porque a través de ella, conectamos de forma verdadera con nuestro alrededor y con los otros. Nada tenemos garantizado, todo es un misterio, sólo nos queda recordar que: “La gravedad es el ancla que nos sujeta a nuestras tumbas”.

Franisamar Azpeitia Cruz: Comunicóloga en proceso. Apasionada del cine y el deporte. Lectora en tiempos libres. Actualmente estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Autor