Ad image

El oficio más cuestionado y envidiado

Marko Cabañas
5 Min de Lectura

PULSO DEL MEZQUITAL  

En la vida existen pocos caminos al éxito, algunos eligen el trayecto más tortuoso, o sea el esfuerzo personal, que requiere de grandes sacrificios y en otros casos, la vía más corta, la política. La política en el sentido estricto de la práctica, en muchísimos casos, es una puerta bien pequeñita y para entrar ahí hay que agacharse muchas veces, pero finalmente es un camino para llegar a cumplir nuestros sueños y como siempre he dicho, si Dios nos los dio para hacer pipí no tiene nada de malo usarlo para hacer negocio.

Dicen también, que en política, los verdaderos amigos solo se ven en la nómina. Y haciendo alusión a aquella máxima del priismo, “a los amigos no se les da, se les pone donde hay”. Así, que si usted tiene o presume tener a un amigo político, cheque primero si lo tiene en la nómina, si no, entonces ese no es su real, no lo respeta y menos lo aprecia, así que en este momento bórrelo de su WhatsApp y de sus redes sociales por favor y aplíquele la ley del hielo. 

Quién lo diría, que en un abrir y cerrar de ojos, para muchos el éxito les duró poco y la inmensa mayoría, se van al basurero de la historia y de nuestra memoria. Estamos  a nada de despedir a miles de regidores y síndicos en Hidalgo, que quedarán en el olvido como miles más que han ocupado esos lugares. 

En tanto, otros miles ven con ilusión los próximo tres años, en los que el rumbo de éxito les permita hacer historia o dejarlos en el olvido, como seguramente sucederá. Aunque vayan al basurero y cuarto de servicio de nuestra memoria, no significa que les haya ido mal, no, ahí es cuando uno se da cuenta que ha valido cada maldito segundo.

Han sido tres años dándose la vida de reyes, con sueldazos, viáticos, gasolinas, comidas en restaurantes, viajes, teléfonos celulares, partidas especiales para café, refrescos, galletas y cacahuates y con la autoridad para auto complacerse con bonos extras, lo único que dolió ha sido el condenado fuero, para hacer más plena la felicidad. 

De los regidores y síndicos de sus municipios, ¿de quiénes se acuerda usted?, alguien que haya hecho algo relevante o presentado alguna iniciativa aunque sea para bien. Es precisamente este grupo de políticos locales de cada municipio, los que se sacan la lotería, porque hayan hecho lo que hayan hecho, no parten con las manos vacías. 

La cosa no solo está en cómo se van, sino cómo llegaron. Sería bueno, preguntar a cada regidora o regidor, cómo es que llegaron a sus respectivos cargos, cuál fue el método o criterio de selección, qué puerta cruzaron, digo, para que por lo menos sepamos cual tocar en caso de que algún día nos interese participar en política, porque con esos beneficios, la dignidad podríamos distraerla por tres años aunque sea. 

Porque hay que tener clara una cosa, uno no sabe ni por qué regidor votó y la experiencia dicta, que a la inmensa mayoría no  los volveremos a ver. El 99 por ciento de estos servidores públicos, quedan sus registros solo en papel, porque solo en contadas ocasiones dan de qué hablar y casi siempre no es para sentirnos orgullosos de ellos. 

En corto:

  • Amigas y amigos, esta es la penúltima entrega de esta columna, nos saludamos el próximo domingo, ha sido un gran privilegio leernos cada semana y ha valido cada momento vivido. 

Síganme en Twitter y en Instagram:

 @Marko Cabañas 

Compartir esta nota