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viernes, abril 18, 2025

El nuevo PRI 

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EL PEQUEÑO TIMMY

Después de 93 años de gobiernos priístas en Hidalgo, llegó el primer gobierno de alternancia, el de la Cuarta Transformación, encabezado por un perfil que si bien es emanado del PRI, conoció la traición y las malas prácticas al interior del tricolor, Julio Menchaca Salazar, quien fue aspirante a la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, y también candidato independiente a la presidencia municipal de Pachuca. 

Cuando Julio Menchaca asumió el poder en Hidalgo, lo hizo con tres momentos que fueron clave y que quizá muchos pasaron desapercibidos, el primero fue el abucheo al ex gobernador Omar Fayad Meneses, quien se tuvo que retirar de la fiesta apenas salió del Palacio de Gobierno para dejar a Menchaca con la gente que con la esperanza en los ojos formaba parte de un evento histórico que muchos creían que jamás iban a presenciar, ya que entre Hidalgo y el Estado de México se disputaban el título de “bastión priísta de México”. 

El segundo punto fue ver en las filas de frente al escenario, equipadas con sillas y todo, a toda la clase política, a gobernadores, diputados locales, diputados federales, senadores, gente que estuvo en campaña y a los perfiles que formarían parte de su gabinete, también hubo asientos para los presidentes y presidentas municipales; sin embargo, dentro de todo lo irrelevante que esto puede parecer, lo que se convierte en piedra angular es que el pueblo, la gente, como siempre, estuvo en las filas de atrás, estuvo acordonada por vallas que dividían a la Plaza Juárez entre los invitados “grandes” y los invitados con pulsera dentro y los que se quedaron fuera. 

Y el tercer punto corresponde a la frase “Primero el Pueblo”, misma que se convirtió en la etiqueta que el gobierno quiere proyectar y que Menchaca mencionó reiteradamente durante su discurso, sin embargo, en ese primer evento, quizá nadie notó la terrible contradicción que se gestó dando esperanza a la gente de un gobierno nuevo alejado del PRI, pero al mismo tiempo se abrazó la idea de que ese PRI sigue presente no sólo en la frase “PRImero el pueblo”, sino en el actuar y el trato que se le dio a la gente en aquel evento, donde los primeros en la fila fueron los políticos y no el pueblo. 

Las personas que conocen el perfil de Julio Menchaca, coinciden en que es un político íntegro, que tiene aspiraciones, que llegó a luchar contra un sistema que varias veces lo hizo padecer actos de injusticia en su carrera política, que sus aspiraciones para que Hidalgo sea potencia son genuinas; pero también esos mismo perfiles reconocen que las personas que conforman la gran maquinaría de gobierno no fueron los perfiles idóneos, y esto ha terminado por generar una crisis en la entidad en lugar de, con resultados, tener “contenta” a la gente. 

No es mentira que en Hidalgo se estén haciendo de manera diferente muchas cosas, pero que se estén haciendo de manera diferente no quiere decir que se estén haciendo para bien de la población, mantener perfiles inútiles en cada secretaría, pagar desde el gobierno estatal a regidores que fungen como “maestros comisionados” y que dobletean sueldo con lo recibido de la nómina municipal en Pachuca, como lo dio a conocer “Plétora Lex”, no son prácticas nuevas ni tampoco son correctas. 

Y sumado a todo lo anterior, como si no bastaran los cascajos, políticos rancios y colmilludos, hipócritas incongruentes y faltos de ideología en el gobierno estatal, desde Morena se ha dado continuidad al discurso que también ha hecho que la gente esté molesta con el gobierno de la Cuarta Transformación, ya que ingresar entre sus filas a perfiles emanados de otros partidos como el PRI y encima de todo darles candidaturas, darles cargos públicos, y darles cargos al interior del partido es una burla.

Lo anterior es un reconocimiento ipso facto de que los únicos que saben gobernar, que saben mantener un partido, que saben mover gente, que saben convencer al pueblo, que saben trabajar… que saben, así de simple, son los de siempre, son los del viejo PRI que ahora construyen el nuevo PRI pero con el nombre de Morena y con el eslogan de “PRImero la gente”. 

Es una vergüenza que los resultados que entregaron funcionarios públicos sean un mero espejismo de trabajo, que realmente hayan estado todos estos años a la sombra y cobijo de un solo perfil, el de Andrés Manuel López Obrador, es una pena que se hayan dormido en sus laureles y que no hayan hecho trabajo de campo, que no hayan logrado consolidar un voto duro y congruente en Hidalgo y que ahora necesitan de perfiles empuercados para que medio traten de componer una situación que por ineptos e ineficientes hicieron que proliferaran en la entidad. 

Es una vergüenza que en Hidalgo, Morena no tenga el respeto ni el respaldo del pueblo, como lo dijo AMLO y ahora lo dice Claudia, “con el pueblo todo, sin el pueblo nada” y en Hidalgo los funcionarios de Morena se olvidaron del pueblo, andaban en las fiestas, entregando míseros proyectos, medio revisando las cuentas, entregando becas mochas, pidiendo favores, y maquillando resultados e indicadores para quedar bien con el gobernador, nunca con la gente. 

En esta calamidad de pocos resultados tangibles, de una oposición voraz encabezada por el Grupo Universidad e incluso por propios morenistas que han quedado descontentos por el actuar de su dirigencia, se va poniendo la olla al fuego para cocinar la sopa que un bando llama “Refrendo de gobierno” y el otro “Revocación de mandato”. 

Hasta aquí no dudamos que Julio Menchaca seguirá al frente de la administración durante todo su sexenio; sin embargo, el ejercicio de consulta al pueblo podría no dejarlo bien parado y todo por culpa de los inútiles que son algunos de sus funcionarios (que son mayoría, porque también hay que reconocer que un par de perfiles sí se salvan) que en lugar de trabajo y resultados andan de influencers, de bocas flojas, de briagos, de enamorados, en campañas anticipadas, proyección de imagen, de conservadores, de proyectistas de sueños guajiros y más. 

Todos estos perfiles, son culpables de que la puerta se esté abriendo a perfiles nefastos de la política hidalguense, a los buitres amantes de la rapiña política, que por su experiencia corrupta y despiadada les están comiendo el mandado a los soñadores que lucharon por un movimiento en el que ni siquiera los han tomado en cuenta y en el que les han dado prioridad a los que tras renunciar a sus partidos, manifestaron ser de Morena y ya.

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