El paso del huracán John, que avanza en el Pacíico central mexicano como categoría 1, ha dejado severas inundaciones, deslaves y carreteras destruidas en el popular balneario de Acapulco, estado de Guerrero, sur de México, después de tres días de lluvias.
Las lluvias intensas extraordinarias de John y su avance por Guerrero han traído de vuelta a Acapulco lo sufrido el 25 de octubre de 2023, el impacto del huracán Otis, de categoría 5, que dejó más de 50 muertos y rompió el récord de intensificación de un ciclón en el Pacífico mexicano, además de millonarias pérdidas materiales.
Este jueves, la zona Diamante de Acapulco, fuerte área turística, quedó completamente inundada, incomunicada y sin energía eléctrica tras tres días consecutivos de lluvias.
En un recorrido, EFE constató que por lo menos son una 40 las colonias (vecindarios) afectadas y autoridades municipales confirmaron que «la situación es crítica» ya que se padece por el desbordamientos de ríos y lagunas en la zona.
Además, desde la noche del miércoles, no hay energía eléctrica en el área, esto por acuerdos entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y las autoridades que decidieron cortar el suministro de energía para evitar algún accidente o desgracia y será restablecido hasta que las condiciones mejoren.
Las autoridades también confirmaron que el puerto se encuentra incomunicado por todas las vías, la carretera federal ha sido cerrada la circulación a la altura del kilómetro 21, ya que el puente fue destruido por la corriente del río, así como la autopista del Sol, que conecta Ciudad de México con Acapulco, en el tramo de Chilpancingo-Acapulco, por deslaves, deslizamientos de rocas y otras afectaciones.
Mientras que el Aeropuerto Internacional de Acapulco ha sido cerrado y cancelado todas sus llegadas y salidas debido a las inundaciones, mientras que la navegación del puerto ha sido cerrado por las autoridades de capitanía de puerto.
Inundaciones de entre 1,5 y 2 metros
Habitantes de la colonia (vecindario) Alborada, en la Zona Diamante, confirmaron que la inundación es de 1,5 a 2 metros de alto, por lo que las personas están en el primer piso de las viviendas, otros en sus azoteas, aunque este jueves algunos comenzaron a salir de sus viviendas como Marco Antonio García, quien vive con ocho personas más.
“El agua llega a la mitad de altura de la casa, como 1,5 metros. No hemos salido porque la casa de mi madre tiene dos niveles estamos en la parte de arriba”, afirmó.
Marco Antonio aseguró que desde las primeras horas de este jueves decidió salir, buscar comida, ayuda, así como recuperar vehículos y algunas otras pertenencias.
Otras personas esperaron a que los agentes de la Guardia Nacional los ayudaran con algunas lanchas, así como prestadores de servicios náuticos, quienes sacaron sus embarcaciones menores, como sus motos acuáticas para ayudar a las personas.
“Salvamos papeles importantes, documentos, pero las camas se perdieron, lo importante es que estemos bien nosotros, nuestra familia, la vida es lo más importante que las cosas materiales”, comentó.
En ese sentido, las personas que han sido retiradas de su casa son llevadas a los albergues habilitados, mientras que otros deciden irse con familiares.
Tras su paso por Acapulco (Guerrero), el meteoro se desplaza lentamente por aguas del Pacífico central mexicano y se aproxima a las costas del estado de Michoacán, oeste del país, donde podría entrar tierra por segunda vez en cuatro días este jueves por la noche o primeras horas del viernes, informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) su más reciente reporte.
El meteoro se fortaleció este jueves por segunda vez a huracán categoría 1 durante su avance en costas mexicanas tras resurgir el miércoles de sus remanentes después de haber tocado tierra el lunes como categoría 3 en Guerrero, estado del sur del país, donde sus torrenciales lluvias han dejado 8 muertos, y dos más en el estado de Oaxaca para 10 víctimas hasta ahora.
Largas filas en supermercados
Por su parte, habitantes de vecindarios cercanos a la Costera Miguel Alemán, zona centro de Acapulco, salieron a algunos supermercados por víveres, comida y artículos de primera necesidad, pero aseguraron que tardaron entre dos y tres horas formados para poder ingresar.
“El problema no es entrar por los artículos, no había tortillas, artículo de primera necesidad, y compramos pan, por eso fue la fila porque la gente está esperando y solo hay dos cajas”, explicó Rosendo Torres.
Señaló que son pocos los supermercados abiertos en la zona, los cuales son resguardados por la Guardia Nacional.
Hasta el momento autoridades federales, estatales y municipales no han dado a conocer la cifra real de colonias y poblados afectados, así como el número de damnificados, ni los daños ocasionados en el puerto, sin embargo, durante el fin de semana comenzará un censo para conocer los daños.