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Hidalgo
sábado, junio 21, 2025

El destino

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PEDAZOS DE VIDA

A veces el destino es una burla, cuando crees que todo va mal, resulta que todo está bien y a veces cuando crees que todo está bien, realmente es el preámbulo para que todo se vaya a la chingada. No necesitas despertar dentro de un ataúd para darte cuenta de que aunque estás vivo realmente ya no lo estás, así de cruel puede ser el destino, un suceso o una fuerza desconocida que simplemente sucede, crea la gente o no que es posible, el destino de una u otra forma se hace presente. 

Pero no te equivoques, no creas que te estoy hablando desde la tumba, donde quedó el cuerpo desacomodado y la tela desgarrada por la desesperación de saber que aún con el aliento y el espíritu dentro del cuerpo no hay forma de continuar la vida. Eso no me pasó a mí, pero les pasó a muchas personas que mostraron su muerte con ataque epiléptico solo para regresar y darse cuenta de que habían sido enterrados vivos.

El destino es así, corriente y singular, no falta quién busca conocerlo para prever diversas situaciones, mi abuela decía que el destino era como la muerte: cuando te toca, te toca, aunque te quites. Y cuando no, aunque te pongas no morirás, porque la muerte también forma parte del destino, así como aquellas cosas que se consultan con oráculos o cartas, con brujas o brujos, todo está contemplado en el destino y aunque no lo creas el destino también te contiene a ti. 

Yo nací como todos, destinado a morir, pero con mucha más premura que otros, con el tiempo comprendí que aunque había personas que estaban seguras de que yo moriría primero no fue así, que se adelantaron en el camino, que no supieron vivir y que de un momento a otro dejaron de respirar sabiendo que yo iría a su funeral y no ellos al mío. 

Así pasa cuando entiendes esto del destino, ¿cómo puedo ser culpable yo de su destino? Si el destino de ellos hubiera sido vivir entonces me hubieran atrapado a tiempo, el destino ha sido bueno para aquellos a los que ya no me dio tiempo de matar, pero no fui el culpable yo, su destino estaba marcado con la esperanza de vida, no como a estos que se fueron mientras recibían una caricia, un beso o un abrazo, porque hasta en el momento de la muerte hay que ser compasivos. 

Yo nací muerto, y cuando entendí esto, supe que el destino no se puede cambiar, y aunque creas que puedes retrasar o adelantar algunas situaciones, al final te das cuenta de que el destino es el destino, de que todo está escrito y que uno no puede ser asesino al cegar una vida que tenía que llegar a su fin. 

A veces el destino es una burla, cuando crees que todo va mal resulta que todo está bien y a veces cuando crees que todo está bien realmente es el preámbulo para que todo se vaya a la chingada.

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