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Hidalgo
martes, diciembre 30, 2025

El cambio de año no es un botón de reinicio

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DES-prográmate y Ámate

Cada diciembre repetimos el mismo ritual: despedimos el año como si fuera una versión fallida de nosotros mismos y recibimos el siguiente con la esperanza de que ahora sí, algo mágicamente cambie, como si el calendario tuviera poderes terapéuticos, como si el 1 de enero fuera un botón de reinicio emocional. ¡Pero no lo es!

El cuerpo no entiende de fechas, la memoria tampoco. Las heridas no se actualizan por temporadas ni los duelos se vencen con fuegos artificiales. Lo que no se trabajó en noviembre, llega en enero intacto, y lo que dolió en agosto, no desaparece porque el año cambie de nombre.

Pensar que el cambio viene “con el año nuevo”, suele ser una forma elegante de postergar. Postergar conversaciones incómodas, decisiones pendientes o incluso límites necesarios. Nos prometemos empezar de nuevo cuando, en realidad, seguimos cargando lo mismo. 

El verdadero cambio no va a ocurrir de golpe y mucho menos en una fecha simbólica. El verdadero cambio ocurre en procesos pequeños, incómodos y muchas veces silenciosos, en elegir distinto un martes cualquiera, en sostener una decisión cuando ya no hay motivación, en dejar de esperar a “sentirse listo” para hacerse cargo. 

No se trata de empezar de cero, se trata de continuar con mas conciencia. De entender que no necesitas convertirte en otra persona para avanzar, sino responsabilizarte de la persona que ya eres. Con su historia, sus repeticiones y sus aprendizajes pendientes.

Tal vez este año no te toque reinventarte, tal vez te toque integrarte. 

Y antes de correr a escribir nuevas metas, vale la pena detenerse un momento y preguntarse: ¿Qué sigo esperando que cambie con el año, cuando en realidad me toca trabajarlo a mí?

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