Tres partidos en seis días en el estadio Santiago Bernabéu, ante el Celta en la Copa del Rey, Las Palmas en LaLiga y Salzburgo en la Liga de Campeones, se presentan como la vía de escape perfecta del Real Madrid para enterrar lo ocurrido en la final de la Supercopa de España, la goleada encajada ante el Barcelona que frenó su progresión.
Los triunfos solventes del equipo de Carlo Ancelotti en sus tres últimos compromisos ante su afición, 4-0 a Osasuna, 2-0 al Getafe y 4-2 al Sevilla. Los diez tantos a favor de un equipo al que se fue adaptando el francés Kylian Mbappé para ir acercándose a su verdadera imagen, aportando gol en dos de esos duelos y una mayor conexión con sus compañeros de ataque son sus argumentos para ser optimistas.
Con dos borrones en lo que va de temporada del Real Madrid de local. Además consecutivos. El 0-4 de un clásico en el primer acto antes de sentir impotencia en el segundo en cada golpe del equipo de Hansi Flick en un duelo en el que batió récords de fuera de juego.
El 1-3 sin competir ante el Milan en la cuarta jornada de la Liga de Campeones, lejos de la identidad del rey de Europa, ajeno a la necesidad en una competición en la que ya había sido derrotado en casa del Lille.
Sin embargo, es en el Bernabéu donde el equipo de Ancelotti ha encontrado los únicos momentos de buen juego esta temporada. Con dificultades para marcar en las primeras partes en el arranque que posteriormente se convirtió en extender una buena imagen durante todo el encuentro. Aspectos que fue mejorando en sus últimos compromisos exhibiendo pegada y acercándose a lo que desea ser en su fortín.
De hecho, el equipo de Ancelotti, segundo en LaLiga EA Sports, es el mejor equipo en su estadio en la competición doméstica. Ocho triunfos en nueve partidos con 24 goles a favor y nueve en contra. Una media de 2,6 tantos por encuentro. El líder, el Atlético de Madrid logró 20 en diez encuentros (2 por partido); el Barcelona hizo 20 en ocho (2,5).
Es a lo que se agarra Ancelotti para esquivar una crisis que siempre se abre tras una derrota en la casa blanca, más aún si es ante el eterno rival y de nuevo, por segunda ocasión en menos de cinco meses, por goleada. La Copa del Rey, a partido único, y el Celta, medirán la profundidad de la herida madridista.