El Barça se ha metido en un lío monumental con la sorprendente derrota cedida ante el Leganés (0-1), que por primera vez ha ganado a domicilio a los azulgranas, y el equipo catalán acumula solo cinco puntos en los últimos seis partidos en los que ha dilapidado su ventaja al frente del campeonato.
De hecho, sigue líder, pero ya no depende de sí mismo. Suma los mismos puntos que el Atlético de Madrid (38) con un partido más, pero sus sensaciones nada tienen que ver con las mostradas no hace tanto, de hecho las ofrecidas esta misma semana en Dortmund en la ‘Champions’.
Pero tras las derrotas ante la Real Sociedad, Las Palmas y esta noche ante el Leganés, los barcelonistas han mostrado su peor cara y han sumado cinco puntos de los últimos dieciocho posibles.
Sin darse cuenta, el Barça ya perdía en el minuto 4. La salida de los azulgranas fue un despropósito. Mal situados en el terreno de juego, con una presión baja y poca comunicación en las coberturas, antes del tanto del Leganés, ya había tenido que intervenir Iñaki Peña para salvar el tanto de Munir.
En el saque de esquina posterior, Sergio González remató solo de cabeza para adelantar a los suyos. El Barça, ni se había enterado, y luego le entraron todas las prisas.
Y el Leganés jugó su partido, a refugiarse atrás y a confiar en Dmitrovic y en que la puntería de los delanteros azulgranas estuviera desviada. Le salió perfecto. Todo ello se cumplió el resto del partido, en un ejercicio que fue un monólogo estéril del equipo entrenado hoy por Markus Sorg, ante la sanción de Hansi Flick.
Pese a no andar muy finos, los azulgranas tuvieron tres ocasiones clarísimas para equilibrar el partido, sobre todo en el primer tiempo, pero como le ocurrió ante la UD Las Palmas, tampoco hoy fue su día.
Dirigidos por un buen Casadó, casi todo el peligro llegó en las incorporaciones por la izquierda de Balde y en los primeros 45 minutos, después su fútbol se fue diluyendo.
La primera fue en una acción de Raphinha en la que Lewandowski se encontró con Dmitrovic (min. 10) y se vio que no iba a ser la noche del polaco.