AGENDA EDUCATIVA
El Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE) nació en el año 2000 y fue eliminado en 2019 durante el gobierno de AMLO. Poco o nada pudo decir sobre la Nueva Escuela Mexicana, pero sus estudios y datos siguen siendo valiosos para comprender y analizar el Subsistema de Educación Media Superior (SEMS). Dos documentos clave reflejan esta importancia: el Informe de la Educación Media Superior en México (2011) y el Estudio sobre las Intervenciones para Abatir el Abandono Escolar en Educación Media Superior (2016).
Por cuestiones de espacio, nos centraremos en el Informe de 2011, que ofrece una primera radiografía de la composición del SEMS y uno de sus problemas estructurales. Según el INEE, hasta ese año, la educación media superior —comúnmente llamada bachillerato— se organizaba en tres modelos: el bachillerato general, creado en 1867 con la Ley Orgánica de Instrucción Pública y la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria erigida por Gabino Barreda; el bachillerato tecnológico, establecido en 1931; y el profesional técnico, surgido en los años setenta, cuyo principal referente es el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP).
Entre el 2009 y 2010, el bachillerato general concentraba el 60% de la matrícula, el bachillerato tecnológico el 30% y el profesional técnico el 9%. Sin embargo, el SEMS ya mostraba una estructura compleja de definir según su control administrativo y presupuestal. En aquel entonces, los bachilleratos podían clasificarse en federales (centralizados y descentralizados), estatales (centralizados y descentralizados), autónomos, subsidiados y privados.
El bachillerato federal centralizado incluía instituciones como CETIS, CBTIS, CBTA, CBTF, CETMAR, CETAC, CECyT e INBA, así como bachilleratos pertenecientes a la Sedena, la Semar, la Sagarpa, la PGR e incluso el ISSSTE. Por otro lado, el bachillerato federal descentralizado comprendía instituciones como el Conalep, el CETI y el Cobach.
Dentro de los bachilleratos estatales centralizados se encontraban el Telebachillerato, el Bachillerato Integral Comunitario y los Centros de Estudios Tecnológicos. En el ámbito de los bachilleratos estatales descentralizados figuraban el CECyTE, el Cobach, el Conalep, el Telebachillerato y el Bachillerato Intercultural, entre otros.
Los bachilleratos autónomos incluían los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) y las Escuelas Nacional Preparatoria (ENP) de la UNAM, así como los bachilleratos de más de 32 universidades públicas autónomas estatales. Finalmente, en aquellos años existían bachilleratos subsidiados con financiamiento público y privado, además de los bachilleratos completamente privados y otros modelos no especificados.
Como se puede observar, a través del INEE, uno de los problemas estructurales del SEMS era su desarrollo desarticulado, con una oferta fragmentada y de calidad desigual. ¿Se resolvió este problema en los tres sexenios siguientes con las reformas educativas? Parece que no. Actualmente, el SEMS está conformado por 31 tipos de bachillerato.