EL PEQUEÑO TIMMY
El próximo domingo se realizará en México la elección de los nuevos integrantes del Poder Judicial, sin embargo, a pesar de los esfuerzos del Instituto Nacional Electoral (INE) por promover este ejercicio, la verdad es que un gran porcentaje de la población no conoce ni a los candidatos, en dependencias gubernamentales ya les han comenzado a pasar “acordeones” con la “sugerencia” de perfiles a elegir en cada boleta y casualmente entre los números aparece el apellido “Aladro”, como si la actual magistrada estuviera recibiendo un empujoncito o padrinazgo del gobierno estatal.
Una elección sin información no puede contribuir a la democracia ni al cambio verdadero con el que se ha justificado el ejercicio electoral del próximo 01 de junio, y todo parece indicar que el índice de votación será muy bajo, es decir, que muy poca gente elegirá realmente a los jueces y magistrados del Poder Judicial en México, y en Hidalgo esta situación no será diferente.
El problema es que a estas alturas del partido, no se conocen a los candidatos y a las candidatas, no se entiende la fórmula utilizada y también se cuestiona el proceso, lo anterior suma a la basta desconfianza que hay entre la población por el Poder Judicial y la fe ciega hacia los gobiernos Morenistas que siguen aprovechándose de la esperanza del pueblo.
La elección de los integrantes del Poder Judicial, podría convertirse en un circo, en un proceso similar a la designación de candidaturas al interior de Morena, por ello el peligro de lo que pueda suceder, ya que los gobiernos estatales están muy atentos para que ganen los perfiles que han sido ungidos por la Cuarta Transformación para que se conviertan en los juzgadores e impartidores de justicia en México.
Del otro lado, el de la oposición, tampoco hay mucha esperanza, los perfiles que lleguen al Poder Judicial a convertirse en piedras en el zapato del gobierno federal a costa de defender a delincuentes, proteger empresarios y amparar la corrupción no son buena idea. Lo peor es que muchos de los señalamientos hechos en contra del Poder Judicial son verdad, son una realidad, que la corrupción y nepotismo que se gestó al interior así como todas aquellas familias que se quedaron esperando justicia en sus procesos, atentan contra la congruencia y contra la posible defensa de un sistema corrupto, decadente, sin principios y sin resultados justos para la población.
Ese nepotismo que ya no existe en los gobiernos estatales, municipales ni en el federal, a pesar de que la población conozca quiénes de sus vecinos están metidos en el gobierno, sin que se pueda ocultar el sol con un dedo, por eso la elección del próximo domingo resulta un ejercicio improvisado, que comienza una curva de aprendizaje que pondrá en riesgo la credibilidad de un gobierno que impulsó esta iniciativa, única ventaja que podría pero no ha aprovechado la inerte oposición que se tiene en el país.
El riesgo de esta elección poco informada y que seguramente contará con poca participación, es que los perfiles electos se conviertan en mascotas y defensores de los que ahora están en el poder, y que todo el ejercicio sólo sirva para innovar con un proceso electoral la imposición de perfiles a modo y acordes a quienes están en los gobiernos. Nuevamente un Poder Judicial al servicio de quien tiene, y no de la justicia.