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Hidalgo
domingo, diciembre 22, 2024

Dolorosa distracción

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RELATOS DE VIDA

Estaba acostumbrada a que todo lo hicieran por ella, mientras que se sentaba a descansar o revisaba su celular tranquilamente, en tanto los demás daban vueltas para arreglar cada una de las salidas.

La adolescente era inteligente, crítica y buscaba ser una atleta completa, pese a que parecía ser activa, cuando se trataba de las competencias era un desastre para las preparaciones previas.

Entrenaba fuertemente, cumplía con las tareas y proyectos escolares, y también ayudaba en los quehaceres de casa, sin embargo cuando llegaban las salidas para las justas atléticas, simplemente descansaba y dejaba que todos arreglaran todo.

Cierto día, previo a una competencia y después de ir a entrenar, preparó sus cosas, específicamente la vestimenta, y durmió temprano para descansar y estar lista para el siguiente día que se esperaba sería fuerte.

Una vez que sonó su alarma se vistió, peinó, maquilló y tomó su celular, en tanto sus familiares se notaban apurados para subir lo indispensable a la camioneta, hieleras, ánforas, sillas, sombrillas, y la comida.

La señorita por estar atenta al celular, solamente subió al transporte al oír que todo estaba listo y era hora de partir, todo al parecer era normal y estaba tranquilo, hasta que a la mitad de camino, comenzó a buscar lo necesario para poder participar en la competencia, y se dio cuenta que no traía el uniforme, ni el casco, mucho menos los guantes.

Al preguntar a su familia por todos los accesorios, coincideron en señalar que se dedicaron en subir lo que les correspondía, y que ella era responsable de los aditamentos necesarios para competir, además de mencionar que era tarde y no podían regresar por las cosas faltantes.

Al llegar al lugar, y ante el enojo de sus familiares se dedicó a conseguir con otros competidores, cosas que les permitieran participar, así obtuvo una licra y una playera, otro club le prestó un casco y guantes, finalmente pudo conseguir lo que necesitaba, pero su apariencia parecía un total rompecabezas.

Nerviosa y ante la mirada crítica de su familia, empezó la competencia, después de media hora de ruta, llegó a la meta en último lugar, y su argumento fue que estaba incómoda porque nada de lo que portaba le quedaba bien.

El grupo, subió nuevamente las cosas y emprendieron el viaje de regreso, con un silencio total e incómodo, que después fue interrumpido por la adolescente que juraba que no volvería a ser tan distraída e irresponsable.

Para el siguiente viaje, ella fue la primera en acomodar, subir y verificar que todo lo necesario estaba en el transporte para participar tranquila y sin preocupaciones, salvo el de no caerse en parte de su ruta.

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