Camila Aurora, la directora de ‘Johanne Sacreblu’, la sátira mexicana de ‘Emilia Pérez’, advirtió este viernes de la superficialización y deshumanización de las personas trans en los medios, donde dominan historias centradas en el proceso de transición que romantiza de forma dañina las identidades transgénero.
“No solamente en Emilia Pérez, sino en la mayoría de representaciones, pocas veces se utiliza un personaje trans, solamente porque sí”, expuso durante un conversatorio en la presentación de la plataforma informativa ‘MorraZ 51’, del medio feminista Opinión 51, en el marco del 8M.
La cineasta reclamó que “si no es para hablar del proceso de transición, no tocan al personaje trans, como si no hubiera personas trans allá afuera cuya transición finalizó y ya solamente son un hombre más, una mujer más».
«Y su principal meta no es ni operarse, no es ni que se le reconozca, no, su principal meta es poner su despacho de abogados o abrir su consultorio o iniciar un emprendimiento o casarse. Esas son sus metas. Entonces, justamente a las personas trans se nos superficializa mucho en los medios», advirtió.
La directora y protagonista de ‘Johanne Sacreblu’, consideró que el cortometraje es «efectivo» en mostrar «que lo poderoso de la representación es que no hay en sí representación».
Por ejemplo, tanto su personaje, Johanne Sacreblu, como Arturo Ratatouille, hablan una sola vez de su transición y no tienen que volver a tocar el tema «porque no es el gaje, no era lo importante de los personajes».
«Los personajes no creo que brillen por ser trans», afirmó Camila.
Primero como un corto y ahora en proceso de largometraje próximo a estrenarse en México, ‘Johanne Sacreblu’ surgió en respuesta de la indignación social por la polémica película ‘Emilia Pérez’, dirigida por el francés Jacques Audiard, nominada a 13 Óscar y ganadora de dos de los premios de la academia estadounidense.
“Luego llegan precisamente personas como este director (Audiard), cuya única percepción superficial de la identidad de la experiencia de vida trans es que nos crecen pechos o que nos operamos como si nos pasáramos un pelapapas en la cara», continuó Camila.
En ese sentido, cuestionó el «eurocentrismo, antropocentrismo, e incluso falocentrismo que se maneja en los medios», donde «lo que no sea blanco o heterosexual se ve desde un panorama de que no es normal».
Asimismo, advirtió de que «no hay suficientes personas no hegemónicas escribiendo”.
La también activista reconoció que antes de su afirmación de género pudo notar el privilegio de «vivir como un hombre cisgénero heterosexual de una altura de 1,90 (metros), blanco».
«Socialmente la vida es muy sencilla, o sea socialmente el poder salir a donde quieras, el poder salir a la hora que quieras, incluso está el respeto social, o sea notas mucho (…) Ahora todos los días me están acosando», compartió Camila.
Por ello, reclamó que directores, como Audiard, no sean capaces de reconocerse «como observadores» frente a realidades que le son ajenas.
“Si no estás dispuesto a escuchar a las personas que te pueden explicar desde lo vivencial lo que es vivir así. No vas a tener realmente un buen producto», afirmó la cineasta.