Calaveras
EL PEQUEÑO TIMMY
Van y vienen los muertos,
a todos les llega su hora,
unos se van muy contentos,
y otros con carácter malora.
Soy el Pequeño Timmy,
del Mictlán he regresado,
para escribir estas calaveras
a políticos muy… malos.
NO HUBO CACAO
La Calavera anda muy enojada
por su ofrenda en la huasteca,
quiso chopear pan de manteca
pero no hubo chocolate ni nada.
¿¡Dónde está mi chocolate!?
la Parca encabritada reclamó,
Por culpa de un primate,
el cacao no alcanzó…
Violentaron nuestra cultura,
pisotearon nuestra tradición,
¡Nos dieron en vez, harina pura!
lloraron los vivos con razón.
La Muerte se enojó aún más,
por los brutos funcionarios
que no entienden del ritual,
y usan la fiesta del Xantolo
nada más para irse a pasear.
Dicen que cuidan el patrimonio cultural
pero se olvidan de la cosmogonía,
ofrecen y cambian costales de harina,
por el sagrado cacao ¡qué agonía!
Con guadaña llegó la Huesuda,
en camión hasta la Saderh
Buscando a un tal “N” Poléon
al que sobrio quiere ver.
Mala suerte tuvo el funcionario,
pues la muerte lo encontró,
atrás de su escritorio asustado,
hasta el semblante le cambió.
Ya no era de jitomate el rostro,
parecía huevo San Juan,
el secretario ya era otro,
un esqueleto haragán.
Ni difunto cambió el modo
de mostrarse ante los muertos,
descanso eterno fue acomodo
por fortuna para los huertos.
CUENTAS NADA MÁS
¿Dónde estará el contralor?
Decía la Parca en el calor,
¿Dónde se habrá metido?
para cumplir mi cometido.
Iré a donde las cuentas no salen
pensó la Muerte despiadada.
Llegó con prisa hasta la Seph
y vio gente malhumorada,
pero del contralor no supo nada.
Anda vestido de caballero,
le dijeron unos aldeanos,
el camino le fue duradero,
para llegar con los ancianos.
La Calaca decepcionada,
por no hacer bien su labor,
regresó sola al panteón,
y ni ahí estuvo el contralor.
En Hidalgo andan sueltos,
los que no comprueban nada,
en un castillo juegan a los duelos
y la transparencia se hace parda.
LOS SOBERBIOS
Llegó la Huesuda a Hidalgo,
buscando a los chapulines,
a ver si dejaron algo
los políticos malandrines.
Se sienten cacas grandes.
Pero ya lo dijo el pueblo:
“Son chapulines desde antes
de que empezara lo nuevo”.
No fue nada difícil encontrarlos,
todos andan en Morena
con mucha calma pudo buscarlos
huelen a caja de arena.
Los soberbios ya les dicen,
bañándose en glorias ajenas,
buscando se comercialicen,
como políticos sin antenas.
Muchos chapulines cargó la muerte
ahora brincan de tumba en tumba,
creían que habían tenido suerte,
ahora les tocó bailar la rumba.
Adiós políticos chafas,
que no tienen congruencia,
ya se los cargó la… flaca,
por no ser la diferencia.