El reciente despliegue de vehículos blindados ‘Stryker’ del Ejército de Estados Unidos en la frontera con México ha generado inquietud y alarma entre la comunidad migrante y defensores de derechos humanos en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Mientras las autoridades estadounidenses aseguran que la medida refuerza la seguridad fronteriza, líderes locales del lado mexicano consideran que el mensaje implícito es de intimidación tanto para migrantes como para grupos criminales.
El pastor Juan Fierro García, director del albergue El Buen Samaritano, expresó su preocupación sobre la presencia militar en la zona y el impacto que puede tener en quienes intentan cruzar la frontera en busca de asilo.
Además, cuestionó si esa vigilancia «existe en toda la frontera norte de Estados Unidos con México, o nada más es en algunos lugares como para llamar la atención».