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Hidalgo
jueves, octubre 23, 2025

Del olvido no me acuerdo

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LAGUNA DE VOCES

Habrá lugares, personas, que nunca más volverán a ser nombrados, porque dejaron de existir en la memoria, fueron apagados sin posibilidad alguna de aparecer en ningún momento. No al menos en la realidad, donde nos damos cuenta que a más edad, sumamos más cadáveres que van a nuestro lado un tiempo, para después esfumarse, hacerse polvo igual que sus restos, y luego ni polvo, luego nada.

Seguramente en el deportivo de una colonia antigua, donde cada sábado y domingo llegaba con mis hermanos y primos a jugar futbol desde la mañana hasta la noche, dejamos de existir, ya somos extraños que se miran con sospecha, que no tienen rostro como ciertas personas que se nos cruzan en el camino y al minuto no sabemos detalle alguno de su cara, su vestimenta. Son apariciones, a lo mejor fantasmas que viven en sus recuerdos, o en sus sueños, o que en algún momento se perdieron en ese largo camino que es el tiempo.

Pero si hacemos el recuento del olvido que cargamos en cada paso de la vida, descubriremos que apenas quedan ecos de una voz que antes resultaba eterna, sin riesgo alguno de perderse, de ser olvidada. Pero así fue, y solo una memoria enferma puede traer de regreso lo que ya no existe.

A cada rato sucede que amparamos la voluntad de la existencia a lo que por origen olvida, hace añicos las fechas, los momentos en que todo parecía decidido a prevalecer, a buscar la ansiada eternidad.

Así que caminamos convencidos de que, tarde o temprano, descubriremos que siempre estuvimos solos en un universo oscuro, desalmado, al que le pintamos a fuerza de pura voluntad, estrellas, galaxias infinitas, caminos que iban a ninguna parte, caras y cuerpos que nunca existieron.

Convencidos de que así fue siempre, en la noche estrellada que nos despierta de la pesadilla.

Mil gracias, hasta mañana.

jepralta@plazajuarez.mx

@JavierEPeralta

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