Decenas de miles de personas se concentraron este sábado en distintos puntos del territorio argentino para decir «basta» a los discursos de odio del presidente Javier Milei contra el colectivo LGTBI+, en masivas manifestaciones que contaron con el apoyo de distintos sectores de la sociedad y que se replicaron también en más de una decena de países.
La denominada Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista fue convocada por más de un centenar de organizaciones LGTBI+ tras las recientes declaraciones del presidente en el Foro Económico Mundial de Davos, donde atacó «la agenda LGTB», la «nefasta ideología de género» y el «feminismo radical», y vinculó a la homosexualidad con la pedofilia.
Sin embargo, las multitudes que se concentraron en ciudades como Rosario, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, y la movilización central en Buenos Aires estuvieron integradas por miembros de distintos colectivos, sectores sociales y organizaciones, que se hicieron presentes para apoyar el reclamo de la comunidad LGTBI+ y expresar su rechazo al discurso y las políticas del mandatario ultraderechista.
Además de reconocidas artistas como Lali Espósito o María Becerra, distintos partidos y organizaciones políticas también acudieron a la manifestación, entre los que se destacan agrupaciones como Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo y figuras como Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires y uno de los principales referentes del kirchnerismo.
Si bien la convocatoria surgió de las declaraciones del presidente contra el colectivo LGTBI+, los asistentes reclamaron también contra cuestiones como el vaciamiento de la salud pública, el cierre de sitios de memoria y derechos humanos, la falta de financiación de comedores populares y de universidades y en defensa de los jubilados, la educación pública, los trabajadores y los recursos naturales del país.
«Hoy salimos a la calle para repudiar a este Gobierno que desde que asumió lo único que hace es hambrear, reprimir, discriminar y básicamente asesinarnos de formas creativas a diario y muy ridículas», dijo a EFE Ana Clara González, manifestante de 29 años que acudió a la marcha en Buenos Aires.
«No podemos creer estar discutiendo cosas que ya discutimos», agregó, en alusión al discurso del presidente contra la homosexualidad y las políticas de género, y consideró que las protestas en Argentina deben ser un ejemplo para el mundo: «Porque Argentina no se rinde, nunca se rindió. Vamos a seguir saliendo cada vez que sea necesario, autoconvocados, encolumnados, como sea vamos a salir y no vamos a dejar que pasen, no pasarán».
Pese a la gravedad del reclamo, las movilizaciones se llevaron a cabo en un clima de tranquilidad y no se registraron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que montaron un enorme operativo en distintas ciudades del país pero no intervinieron.
Los manifestantes, que incluyeron una mayoría de jóvenes pero gente de todas las edades, colmaron las calles de argentina de banderas arcoíris, que ondearon en el aire y que llevaron también en los abanicos que portaron para hacer frente al agobiante calor.
Los mensajes contra Milei se hicieron presentes no solo en los cánticos y eslóganes como «Milei, basura, vos sos la Dictadura», sino también en un sinfín de carteles y pancartas que inundaron el camino entre el Congreso de la Nación y la Casa Rosada (sede de Gobierno) con frases como «Argentina nunca será fascista» o «al closet nunca más»
«Milei desde sus inicios manifestó que no nos quería, y lo que hizo en Davos, además de ser erróneo y ser falso, fue como un puntapié para que el activismo LGTBIQ+ mueva y agite a todo el resto, porque se empezaron a sumar partidos, se empezaron a sumar sindicatos. Si no decíamos ‘basta’ de alguna manera, toda esta marcha no sucedía», mencionó a EFE Noel Borrego, una mujer lesbiana que integra una agrupación LGTBIQ+ de la ciudad de La Plata.
«En general las marchas del colectivo no son acompañadas por el resto, entonces me parece que esta movida de Milei fue bastante radical en lo violento e hizo reaccionar a muchos otros sectores que quizás antes no reaccionaban», agregó la mujer, que trabaja como docente y que describió las recientes declaraciones del presidente como «fascistas».