RETRATOS HABLADOS
Debe haber sido un traspié del universo como para haber originado un presente no solo tan malo, sino absurdo, cuyo mejor exponente es el presidente gringo, Donald Trump, capaz de todo, pero fundamental del desprecio público y absoluto hacia los que son presa de sus obsesiones, la de un hombre que simplemente no ha encontrado ese sentido de la vida que puede salvar hasta al peor ser humano.
Debe haber sido un traspié del universo como para ser testigos en nuestro país, de cómo un movimiento popular que finalmente llegó a la presidencia, no logra zafarse del lastre que representan personajes que siempre estuvieron seguros que se traba de la toma del poder por asalto, para cometer eso mismo, un asalto a la vista de todos y sin rubor alguno.
Debe haber sido un traspié del universo, como para observar una historia siempre contada, siempre repetida, en que empieza a resultar imposible nombrar a las cosas por su nombre, porque cada quien, pero más los que están en la cúspide de la estructura de poderes, ven lo que desean ver y, todavía peor, son proclives a castigar con todo a los que no comulgan con su visión.
Debe haber sido un traspié del universo, para descubrir que la escuela del lépero, ignorante, mal educado jefe de la nación que, dicen, es la más poderosa del planeta, ha creado toda una turba de alumnos, igual de miserables, incapaces de comprender que la única vía para salvar al mundo de ellos mismos, es que sepan que también morirán, y que, si hay infierno, irán a parar a ese lugar para arder por la eternidad.
Debe haber sido un traspié del universo, porque de otro modo no se entiende que, en México, con la simple y vaga idea de que, porque se autonombran de izquierda, la verdadera, es decir la de ellos, ya pueden aporrearse en guerra campal con el grito de que la democracia así es, y no como antes, para llegar a ningún acuerdo, y luego no saber, a ciencia cierta, qué jijos hacer con el poder, como no sea empacharse.
Debe haber sido un traspié del universo, para que el sueño haya acabado en esta lamentable historia, en que desaparecen ideales ante la ambición que incluso no deja de sabotear a una mujer presidenta, que hoy como nunca necesitaría de verdaderos aliados que no sean convenencieros, sino interesados en construir un verdadero país, y que enfrentaran las dentelladas del que se fue pero se quedó, para dirigir a sus Frankensteins contra la tal vez única posibilidad de salvar ideales, si los hubo, pero que no cesan de atacar para disminuirla, para que sea convocado de nueva cuenta el furioso personaje que perdió la razón por obra y gracia del poder, el pinche poder.
Debe haber sido un traspié del universo, para descubrir que todo puede estar perdido, si un día cualquiera también nosotros decimos que sí, que está bien, porque de todos modos el universo en su conjunto camina a la perdición.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
X: @JavierEPeralta

