La totoaba, el pez “tesoro” del mexicano golfo de California y especie en peligro de extinción, empieza su camino regenerativo desde la piscifactoría Santomar, en La Paz (Baja California Sur), hasta el mar, aunque también tiene parada en restaurantes de la zona por su apreciado sabor.
El director ejecutivo de la granja marina, Pablo Konietzko, relató en una entrevista con EFE cómo Santomar, empresa respaldada por el colectivo de organizaciones Innovaciones Alumbra, hace de la cría de la totoaba una tarea regenerativa del ecosistema del Golfo de California (también llamado Mar de Cortés) y, a la vez, un negocio hacia la restauración.
“Me gusta llamarle el tesoro del mar de Cortés o el tequila del mar”, sonríe.
Los ejemplares reproductores de la totoaba son el primer eslabón de la cadena, pues, sin ellos, “no hay huevos, ni pescado, ni ingresos”, en palabras de Konietzko durante una visita guiada para medios.