El próximo 16 de septiembre el delantero colombiano Dayro Moreno cumplirá 40 años, una edad a la que llega como máximo goleador de la Copa Sudamericana y principal figura del Once Caldas con un nivel tan destacado que hasta Carlos ‘el Pibe’ Valderrama pide que vuelva a ser convocado a la selección cafetera.
El experimentado artillero, oriundo del municipio de Chicoral (centro) ha logrado mantenerse vigente a lo largo de los años y es hoy el mayor anotador colombiano de todos los tiempos con 370 goles, 14 más que su más inmediato perseguidor, Radamel Falcao García.
En la Copa Sudamericana suma ya ocho tantos en 11 partidos jugados, los dos últimos anotados el martes en Argentina a Huracán que le permitieron a su equipo ganar por 1-3 y clasificarse a cuartos de final, en los que se enfrentará con Independiente del Valle.
Su carrera no solo está marcada por sus goles, su buen juego de espalda al arco o su capacidad colectiva, sino también porque le gusta la fiesta y pasarlo bien, algo que le ha causado problemas en algunos de sus equipos pero que en los últimos años sus entrenadores le han acolitado porque sus números en la cancha son brillantes.
«La verdad es que yo tengo una vitamina, todo el mundo lo sabe, que me encanta: el traguito (dosis de alcohol), es una vitamina muy especial», dijo Moreno, entre risas, en una entrevista con el canal de televisión Win Sports en abril pasado.
Aura ganadora
Moreno debutó como profesional en abril de 2003 con la camiseta del Once Caldas, el equipo de sus amores, y ganó el primer título de su carrera: el Torneo Apertura.
Sin embargo, sólo anotó por primera vez el 3 de marzo de 2004 ante el Unión Magdalena y ese año se convirtió en una ficha importante del equipo que dirigía Luis Fernando Montoya, tanto así que fue titular en el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores que su equipo le ganó al Boca Juniors de Carlos Bianchi.
Con el paso de los años, el atacante se empezó a ganar el cariño de los aficionados del Once Caldas con goles e incluso fue convocado a la selección colombiana por primera vez en 2006.
La mejor temporada de su juventud fue la de 2007, cuando ganó la primera de sus ocho botas de oro en la liga colombiana, en el Torneo Finalización tras regresar al Once Caldas luego de jugar seis meses, sin mucho éxito, en el Atlético Paranaense.