Se acerca el mediodía, las personas se apresuran y espera con ansiedad el cambio del semáforo en el viaducto Rojo Gómez, a unos metros de ahí, la gente se ha conglomerado en las “canchas de Cubitos” lugar que alberga el palacio de Poncio Pilatos, el de Herodes, y el árbol del que colgará en unos minutos el cuerpo de Judas de Iscariote, el discípulo “traidor” de Jesús de Nazaret.
Así, con gente apresurada, otros que llegaron temprano y tuvieron un buen asiento para presenciar el Viacrucis viviente y decenas de vendedores ambulantes, comenzó la representación número 55 del Viacrucis con la oración del padre Julían Marciano Reyes García.
De esta forma el Nazareno, comenzó su actuación, desde el juicio y la liberación de Barrabás por las fiestas de pascuas, hasta los azotes y el lavatorio de manos que hizo Poncio Pilatos. El “Cristo de Cubitos” estuvo en el espacio ante la mirada de cientos de feligreses que veían con atención el inicio de la representación de la muerte del “Hijo de Dios”, para la salvación de la humanidad.
Posteriormente comenzó su caminar por las calles de la colonia Pachuqueña; mientras la gente avanza sobre las banquetas, otras miran desde sus ventanas y algunas más se han subido a sus azoteas para presenciar el caminar violento y sangriento de los soldados romanos que no paran de golpear a Jesús, así avanzan y representan cada una de las 14 estaciones.
Jesús se encuentra con su madre, Simón de Cirene le ayuda a cargar la cruz, la Verónica grita “milagro” mientras muestra el rostro del nazareno impreso en la tela con el que le acaba de limpiar el rostro, y nada sirve para detener la furia de los soldados, así se acerca el Dios convertido en hombre al cerro de cubitos en cuya cima será crucificado como en su tiempo lo fue en el Gólgota junto a los dos ladrones: Dimas y Gestas.
Mientras esto sucede, no faltan las miradas contemplativas de la gente, sobre todo de las de mayor edad, mientras los más jóvenes han convertido esta tradición en una oportunidad para convivir de forma diferente un fin de semana: comen quesadillas, pescados fritos, chicharrones, melones con nieve, pollo en barbacoa, aguas frescas, churros, y hasta micheladas. No faltó una persona que en presunto estado etílico, tras hacer algunos reclamos a gritos se resbaló y cayó sobre la calle, por lo que fue necesario que Protección Civil lo revisara dentro de una ambulancia, afortunadamente para el hombre, no pasó a mayores.
De esta forma y tras poco más de dos horas del Viacrucis viviente, concluyó esta representación que reúne a cientos de personas que comparten la fe católica y que viven de esta forma la pasión y muerte del Hijo de Dios, el Nazareno, Jesús el Rey de los Judíos.