El Congreso del Estado Libre y Soberano de Hidalgo realizó un homenaje al cantautor hidalguense Omegar Salazar, con el fin de rendir tributo a uno de los grandes referentes culturales de la región Huasteca, nacido en Atlapexco, cuya obra ha trascendido generaciones.
El presidente de la Junta de Gobierno, diputado Andrés Velázquez Vázquez, mencionó que Omegar Salazar “es y será siempre un faro para quienes defienden la identidad con guitarra y poesía. A su familia, nuestro respeto eterno. A Atlapexco, nuestro agradecimiento por regalarnos un hijo ilustre. Este acto sirve para mantener vivo el ejemplo de quien escribió desde la tierra, familia y corazón, quien ha legado su recuerdo siempre en nuestro entorno cultural”.
Ante la presencia de la familia Salazar, la legisladora Orquídea Larragoiti Osorio recordó que la infancia del galardonado estuvo marcada por la distancia de su hogar y su paso por internados como el de Venta Prieta y El Mexe, donde cultivó una sensibilidad profunda que lo acompañó toda la vida.
“Compuso su primera canción como un acto de nostalgia y no dejó de componer nunca más. Fue autodidacta, ávido lector, campesino, mecánico, profesor rural, y en cada faceta de su vida supo encontrar inspiración para convertir su realidad en una canción. A lo largo de su trayectoria escribió más de 300 poemas y canciones, muchas de ellas huapangos, boleros, valses, rancheras y versos populares que hoy siguen siendo interpretados en plazas, radios, tríos y escenarios”.
Además, ganó concursos en Huejutla, Tampico y Tepatepec; fue reconocido en su pueblo como “hijo predilecto de Atlapexco” y distinguido con el Premio Estatal de Artes y Tradiciones Populares en 2010. Grabó discos entrañables como “Tiempo, amar y vivir” o “El Trovador de Atlapexco”.
Omegar no solo fue un artista, también fue un servidor público comprometido con su gente. Entre 1997 y 2000, fue presidente municipal de Atlapexco y durante su administración, “demostró que el arte y la política también pueden encontrarse en el servicio con vocación, en el amor por lo comunitario y en la defensa de lo nuestro”, detalló la diputada Orquídea Larragoiti.
La diputada María Guadalupe Cruz Montaño, presidenta de la directiva de junio, recordó que “aunque su voz ya no resuena en esta tierra, sus canciones, su legado y el alma que dejó en cada letra siguen acompañándonos. Don Omegar no solo fue un artista, sino un sembrador de emociones, un testigo de su tiempo y un faro para quienes creen en el poder de la palabra hecha música”.
Finalmente, Neyda Naranjo Baltazar, secretaria de Cultura estatal, resaltó que, a través de las composiciones, el hidalguense dio voz a un pueblo orgulloso de sus raíces, lengua y costumbres, “sabemos que sigue vivo en cada canción que resuena en las plazas, en cada hogar y rincón donde el huapango se levanta como estandarte de identidad”.