CINE DE HOY
En la lista de CANACINE de las cintas mexicanas más taquilleras del año aparecía en décimo sitio Un viaje al corazón de Alonso Alvarez, que puede verse actualmente en la plataforma de Disney.
Mis temores de verla en corrida comercial quedaron confirmados. El guión del propio realizador y Max Arciniega es de un chantaje sentimental semejante al de No se admiten devoluciones de Eugenio Derbez
Julián (Omar Chaparro, ojo la barba no hace al buen actor) es un viudo que trabaja en el aeropuerto, en espera de que su pequeña hija Sophia reciba un trasplante de corazón.
A escasos días de la operación, su hermano provoca un accidente de tránsito y él se echa la culpa, sin saber de que sus papeles están mal y será deportado sin el menor miramiento, debiendo emprender una odisea para regresar a tiempo.
El director de las series televisivas Dimnensión desconocida y The mosquito coast cae en el melodrama gratuito repleto de lugares comunes y parece confirmar la apreciación de Trump de que los mexicanos son malas personas.
Julián solamente recibe la ayuda de personas de buen corazón como Rambo (Max Arciniega) y doña Meche (Mercedes Hernández).
La última parte de la cinta a ritmo de thriller resulta poco creíble y termina por dar al traste con el melodrama.
A journey to the heart, the Wingwalker es el perfecto ejemplo del chantaje sentimental con un actor televisivo, que sueña triunfar en Hollywood.