Autoridades mexicanas realizaron ayer labores para drenar el ácido sulfúrico de los vagones del tren que se descarriló con migrantes hace dos semanas, cerca de la frontera con Estados Unidos, lo que provocó la muerte de un niño venezolano de cuatro años y cerca de 10 heridos además del derrame químico.
El incidente, en la carretera de Ahumada a Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, ha alertado a las autoridades locales y organizaciones ambientales por el alto riesgo que supone el manejo inadecuado de esta sustancia peligrosa, pues es corrosiva y tóxica.
Especialistas alertaron de que cualquier fuga durante el drenado podría contaminar los suelos y cuerpos de agua cercanos, con impactos severos a largo plazo.
“Sabemos del derramamiento de 53 mil litros de ácido sulfúrico y no se ha sabido cuánto cloro se derramó, lo que son aproximadamente 192 metros cuadrados afectados de suelo», afirmó a EFE Daniel Delgadillo Díaz, ingeniero agrónomo de la región.