18.5 C
Hidalgo
lunes, marzo 31, 2025

Asumamos riesgos con inteligencia natural…

Más Leídas

PIDO LA PALABRA

Seamos prudentes, pero no perdamos el ánimo; hacer las cosas sobre las rodillas ocasionalmente nos dará un efecto positivo, y tal vez por ello creamos que estamos tocados por los dioses y hacemos las cosas al “ahí se va”, pretendiendo que la energía del universo siempre nos favorecerá para enderezar nuestro árbol torcido; pero no siempre será así, las cosas no se dan por mera suerte, no nos llega el éxito por ser los ungidos del universo.

El éxito debemos trabajarlo, lentamente, gozando cada paso que demos en su consecución, y sin llegar al grado de masoquismo, disfrutar hasta nuestras derrotas, pues en ellas encontraremos las grandes lecciones para nuestra vida.

La vida apresurada de esta época que estamos atravesando, no nos permite encontrarle sentido a lo que hacemos, nos estamos automatizando a tal grado que le estamos perdiendo el gusto a los pequeños detalles. Es más, a veces ni siquiera reparamos en la existencia de ellos.

Algunos ni siquiera se dan cuenta que la vida es un proceso en donde se exige mucha voluntad y un involucramiento directo de todos los que queremos salir del agujero de la mediocridad; a lo largo de esta profesión de vivir, me ha tocado encontrar un sinfín de personalidades, desde aquellos que lo que quieren lo buscan en cualquiera de los caminos posibles, es decir, alguno trabajan  para obtenerlo, y otros, siguen el camino truculento de arrebatar a los que ya lo lograron, este último modo a través de la ilegalidad y del delito.

Pero un tercer grupo, ni para un lado ni para otro, esperando con la mano estirada a que una divinidad los ayude en su floja travesía; francamente, por ejemplo, yo no puedo entender al estudiante que a sabiendas de que el único medio legítimo para acreditar una materia es estudiar, todavía se atreva a presentarse a los exámenes sin haber revisado un solo minuto los posibles temas que puede encontrar en su evaluación; no sé qué resultado positivo pueda esperar.

La energía del universo está a disposición solo de aquellos que hayan cubierto tres requisitos indispensables: Ser, Querer y Decidir.

SER: saber quiénes somos, entender nuestras limitaciones y trabajar con ellas, convirtiendo nuestras debilidades en fortalezas, aún en contra de todos aquellos que al no estar a gusto consigo mismos, se dedican a jalar al que intenta salir del frasco de las lombrices.

QUERER: factor fundamental en el proceso de crecimiento personal; sin voluntad difícilmente podremos avanzar; para algunos, la cama es su principal enemigo, sin darse cuenta que el camión de las oportunidades pasa a las cinco de la mañana.

DECIDIR: tomar elecciones, arriesgarse, ser nuestro propio líder y no estar sujetos a que otros decidan por nosotros; si no tomamos nuestra vida en nuestras propias manos, lo lamentaremos con el tiempo, pues siempre estaremos sujetos a la suerte, o que ese “ahí se va” ocasionalmente nos ayude a sacar la cabeza de la cloaca.

Pero decidir también implica un riesgo, aunque en lo personal yo lo prefiero a quedarme siempre en la comodidad de lo seguro, esperando que las oportunidades lleguen sin mover un solo dedo.

Debemos arriesgarnos con inteligencia, pero con inteligencia natural y no artificial, pues ello significa evaluar nuestras opciones; prepararnos lo mejor posible y dar el paso con convicción. No se trata de actuar con imprudencia, sino de entender que toda gran recompensa exige un grado de osadía bien planeada.

El miedo al fracaso es uno de los mayores enemigos del crecimiento, pero si aprendemos a verlo como un gran maestro en lugar de un implacable verdugo, descubriremos que cada error trae consigo una valiosa enseñanza, pues nos dice que la vida no premia a los que esperan sentados, sino a los que se atreven a tomar las riendas de su incierto destino.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.

Autor