Decenas de ciudadanos arrojaron basura este viernes en las oficinas de la empresa estatal petrolera de Bolivia en Santa Cruz, la mayor región y el motor económico del país, en protesta por la escasez de combustibles que el Gobierno de Luis Arce atribuye a la falta de dólares para su importación.
La protesta fue convocada por la federación de estudiantes de la estatal Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), la Unión Juvenil Cruceñista, que es un grupo ciudadano de jóvenes, y el Consejo Departamental de la Juventud de Santa Cruz.
Algunas personas llevaban ollas vacías que golpearon con cucharones, mientras que otros portaban banderas verde, blanco y verde de Santa Cruz, además de pancartas con reclamos contra el Gobierno de Arce.
Cuando la protesta llegó a las oficinas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), los manifestantes vaciaron las bolsas de basura que llevaron consigo en el ingreso del inmueble, al grito de «queremos combustible» y pidiendo que renuncie el presidente de la empresa estatal, Armin Dorgathen.
También dejaron pegadas en la reja varias pancartas con consignas como «Sin combustible no hay comida», «El dinero alcanza cuando no se lo roban» y «YPFB está en manos equivocadas».
En declaraciones a los medios, el vicepresidente del Comité Pro Santa Cruz, Agustín Zambrana, lamentó que «hoy todo el país sufre porque hay un gobernante que no escucha».
«Hoy día, Luis Arce y su gabinete nos tienen con hambre, sin salud, sin educación y a nuestras familias en vehículos todas las noches» esperando en fila para comprar combustibles, afirmó.
Zambrana expresó su deseo de que la convocatoria a las próximas elecciones generales se haga efectiva en abril y que «comience a girar el calendario electoral para que el 17 de agosto», cuando se prevé que se realicen los comicios, «se acabe esta triste historia».
El dirigente anunció que próximamente habrá una «Asamblea de la Cruceñidad», en la que sectores ciudadanos, civiles, educativos y empresariales de Santa Cruz definirán medidas de protesta contra la falta de carburantes.
El problema de abastecimiento de combustibles que comenzó en 2024 volvió a quedar patente en los últimos días, con largas filas de vehículos que se forman a diario en las estaciones de servicio, lo que ha ocasionado protestas y amenazas de movilizaciones de distintos sectores.
El Gobierno de Arce atribuye el problema a la falta de divisas para pagar la importación de diésel y gasolina que, según las autoridades, es «transitoria», aunque esta escasez de dólares persiste desde 2023.
Arce anunció el miércoles diez medidas que incluyen el horario continuo laboral, el teletrabajo y las clases virtuales, entre otras, que han sido criticadas o vistas como insuficientes por opositores, expertos y la Iglesia católica.
El mandatario reiteró el pedido que ha venido haciendo su Gobierno en los últimos meses para que el Legislativo apruebe créditos externos por más de 1.600 millones de dólares para devolver la liquidez de dólares a la economía.
El Gobierno ha acusado varias veces a las fuerzas opositoras y los disidentes del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), leales al expresidente Evo Morales (2006-2019), quien está distanciado del Ejecutivo, de sabotear su gestión al frenar la aprobación de estos préstamos.
YPFB recibió recientemente la autorización gubernamental para comprar dólares y activos virtuales para costear la importación de combustibles.