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jueves, diciembre 25, 2025

Año tenso para la economía argentina

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La firma de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la necesidad de recurrir a un millonario auxilio financiero por parte de Estados Unidos han marcado un 2025 tenso para la economía de Argentina, que, no obstante, ha logrado recuperarse de la caída sufrida en 2024, aunque con sectores muy golpeados, como el industrial.

Incapaz de acumular las reservas necesarias para sortear las turbulencias cambiarias y pagar sus abultados vencimientos de deuda, en abril pasado Argentina firmó un nuevo acuerdo de facilidades extendidas con el FMI con créditos por 20 mil millones de dólares, de los cuales ya fueron desembolsados 14 mil millones.

También recibió préstamos del Banco Mundial y del Banco Iberoamericano de Desarrollo que ayudaron a reforzar las magras reservas del Banco Central y permitieron al Gobierno del ultraliberal Javier Milei levantar gran parte de las restricciones para el acceso a divisas.

Tal como hizo en 2024, Milei mantuvo este año el superávit fiscal primario (1,7 por ciento del PIB) y las políticas para desacelerar la inflación (cerrará en torno al 30 por ciento anual frente al 117,8 por ciento de 2024), pero la apertura del denominado ‘cepo cambiario’ de la mano de un esquema cambiario de libre flotación entre bandas ha sido accidentada.

El Gobierno apostó por que lograría sumar reservas gracias a las exportaciones agrícolas y al ingreso de capital financiero y de inversiones, lo que finalmente no sucedió.

A la par, la incertidumbre política de cara a los comicios legislativos de octubre aceleró la demanda de dólares para cobertura, con compras netas por unos 20 mil millones de dólares desde la apertura del cepo y hasta las elecciones.

«La gente se empezó a poner nerviosa y a sacar más el dinero de Argentina», señaló a EFE Mauricio Monge, economista senior de la consultora británica Oxford Economics.

Para evitar una aceleración en la inflación, el Gobierno defendió el valor del peso argentino. No acumuló reservas y el nerviosismo inversor se exacerbó ante el temor de un eventual incumplimiento de la deuda soberana a futuro.

Al borde del colapso cambiario a las puertas de los comicios de octubre, Milei pidió ayuda a Donald Trump.

El Tesoro estadounidense inyectó dólares en la plaza cambiaria argentina y, además, firmó un acuerdo ‘swap’ de intercambio de monedas con Argentina por 20 mil millones de dólares, de los cuales se ejecutaron 2 mil 541 millones.

Tras el triunfo del partido de Milei en las elecciones, la tensión financiera cedió de forma notable, aunque Argentina no ha podido sumar muchas reservas (se sitúan en unos 42.600 millones de dólares).

«Después de las elecciones, el tipo de cambio se ha vuelto a estabilizar. Los riesgos políticos han bajado», señaló Monge.

A mediados de diciembre, el Gobierno decidió finalmente recalibrar el esquema de intervención cambiaria entre bandas: a partir de 2026 esas bandas se ampliarán al ritmo de la inflación, lo que dará al Banco Central mayor margen para comprar divisas y acumular reservas, algo que venían reclamando muchos expertos y el propio FMI.

En medio de las tensiones financieras previas a los comicios, para evitar una escalada de la inflación el Gobierno mantuvo una política monetaria restrictiva y el ajuste fiscal, y aumentó las tasas de interés, lo que encareció el crédito productivo y para consumo, y enfrió la actividad económica.

«Este año Milei aplicó un apretón monetario muy fuerte, con tasas de interés muy altas, que encarecieron la deuda del sector público y también tuvieron su impacto en el empleo, el consumo y la industria, que es el sector más afectado», indicó Federico Machado, economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (Open).

Según el experto, «es inevitable que un proceso desinflacionario tenga costos y, lo que para unos puede ser un error, para otros es una virtud; y eso es lo que se refrendó en las elecciones legislativas, en las que el 40 por ciento de la población apoyó esa decisión del Gobierno de enfocarse en bajar la inflación».

Si bien en los primeros diez meses de este año la actividad ha acumulado un alza del 5 % -desde una caída del 1,3 por ciento en 2024-, la economía ha mostrado un débil desempeño mensual desde mayo, con sectores muy golpeados, como la industria.

«Argentina está creciendo, pero en los sectores donde es más competitiva: agro, minería e hidrocarburos. Lo que está muy golpeado es la industria. Dentro del modelo, eso no es una desviación o un error, sino que es parte de la idea de que Argentina crezca traccionada por sus sectores más potentes», sostuvo Machado. 

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