El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció la responsabilidad del Estado en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014, por la omisión y fabricación de la llamada ‘verdad histórica’ por parte de funcionarios, al tiempo que indicó que los señalamientos que apuntan al Ejército mexicano buscan debilitar a esa institución.
Este fin de semana, en primer término el periódico mexicano La Jornada y posteriormente el Sistema Público de Radiodifusión (SPR) del Estado mexicano publicaron que López Obrador entregó, el pasado ocho de julio, su primer reporte personal a los padres y madres de los estudiantes desaparecidos.
En el texto, el mandatario, en su hipótesis de 21 hechos, plantea que a través del caso Ayotzinapa, defensores de derechos humanos, organismos internacionales como la OEA y agencias del gobierno de Estados Unidos, opositores y periodistas buscan debilitar al Ejército mexicano y han emprendido una campaña de desprestigio en contra suya.
El reporte
En la entrada del reporte, López Obrador recordó que «las autoridades de ese entonces buscaron, por diversos motivos, ocultar la verdad de los hechos, inventaron la llamada ‘verdad histórica'».
Posteriormente, dijo, con la complacencia o confabulación de supuestos defensores de derechos humanos y de organismos internaciones como la OEA y agencias del gobierno de Estados Unidos, «se involucró a quienes no participaron en la desaparición de los jóvenes»
Además, «se dejó en libertad a quienes sí son responsables» y con el paso del tiempo empezaron a sostener sin pruebas que los culpables de la tragedia «no fueron las autoridades locales, estatales y municipales de Guerrero, ni la banda de delincuentes que operaba en esa región, totalmente coludidos con dichos funcionarios».