A propósito de su libro sobre las Copas Mundiales, recién publicado, el cronista mexicano Alberto Lati aseguró este domingo que los futbolistas de su país sí se entregan en la cancha y si no ganan siempre es por no tener nivel superior.
«Los futbolistas mexicanos sí le echan ganas, pero hay un punto que es el fútbol que tienes, la calidad. Eso es lo que termina por definirlos, más allá de correr, de sudar o de sangrar», aseguró el autor.
Lati (Ciudad de México, 1978) escribió ‘La apasionante historia de los Mundiales’, volumen publicado por Random House, que hace paradas en los Mundiales de fútbol jugados hasta ahora y se detiene en historias mínimas, muchas no conocidas.
El lector del libro puede conocer que Egipto llegó tarde al Mundial de Uruguay 1930 y la anécdota de Benito Carvajales, guardameta de Cuba en Francia 1938, ausente en el desempate contra Rumanía porque se fue a comentar el partido por radio.
Otras historias, como que Argentina le ganó a Inglaterra en México 1986 con un uniforme comprado en un mercado callejero en el barrio capitalino de Tepito, son recordadas por Lati, lector del polaco Ryszard Kapuscinski y el mexicano Juan Villoro, de quienes aprendió a dar en la crónica prioridad a los pequeños detalles.
Mexicanos con la vida fácil
México fue goleado 4-0 por Colombia hace unas horas y mostró las carencias de la selección del entrenador Javier Aguirre, quien justificó el bajo nivel de sus jugadores al decir que van por el camino correcto a ocho meses del Mundial.
Los medios insisten en que la raíz de las malas actuaciones de México en la historia de los Mundiales está relacionada con la gran cantidad de extranjeros en la liga local. Lati aduce causas más profundas.
«El futbolista mexicano tiene mucho resuelto a diferencia del de otros países latinoamericanos, obligado a picar piedra, salir a aventurarse y arriesgarse más, lo cual al final lo hace crecer. Hay otros factores, incluso, podemos ir a problemas estructurales dolorosos para México, como los tremendos niveles de obesidad infantil y diabetes infantil».
Repetir en las derrotas que todo está bien, como hizo anoche Aguirre cuando Colombia le pasó por encima, es otra de las causas del poco crecimiento, a lo que se suma la tendencia a poner a la selección en plan de víctima, como cuando el tri dejó ir una ventaja ante Países Bajos en octavos de final del Mundial de Brasil 2014 y culpó al árbitro.