IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO
La historia y el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres mexicanas ha transitado en una línea del tiempo, inicialmente, se explica que la lucha por el sufragio femenino fue motivada por la necesidad social, la justicia y el reconocimiento de un derecho que había sido ignorado durante mucho tiempo, después de años de protesta, organización y esfuerzos, en 1953 el Estado mexicano reconoció formalmente el derecho de las mujeres a votar y ser elegidas como representantes, aunque la lucha por la igualdad y contra la violencia política continúa.
Desde el siglo XIX, las mujeres mexicanas comenzaron a demandar su derecho al voto a través de publicaciones, asociaciones y movimientos feministas, como Violetas del Anáhuac, Las Hijas de Cuauhtémoc y La Siempreviva, figuras como Dolores Jiménez, Elvia Carrillo Puerto y Hermila Galindo destacaron en la lucha por la emancipación femenina, promoviendo la participación política y la educación.
A nivel internacional, los debates sobre el sufragio femenino se intensificaron tras la Primera Guerra Mundial, logrando avances en países como Gran Bretaña y Estados Unidos, aunque en México la resistencia se mantuvo fuerte, sustentada en prejuicios patriarcales y tradiciones que consideraban a las mujeres solo aptas para el ámbito doméstico. En los años 1920 y 1930, se lograron ciertos avances legales y políticos, pero persistieron obstáculos como la violencia política y la discriminación basada en estereotipos de género.
Un paso importante fue la reforma en 1947 por Miguel Alemán Valdés, que permitió a las mujeres votar en elecciones municipales, aunque aún dependía de la voluntad presidencial, la consolidación definitiva llegó en 1952, con la campaña y promesas de Adolfo Ruiz Cortines, impulsadas por activistas y organizaciones feministas, culminando en la publicación en 1953 del nuevo artículo 34 constitucional que reconocía a las mujeres como ciudadanas plenas con derechos políticos.
En 1955, las mujeres mexicanas ejercieron por primera vez su voto a nivel nacional, participando en elecciones federales y logrando la elección de las primeras diputadas. Es así como la historia del voto femenino en México refleja una lucha larga y constante por la igualdad, marcada por movimientos sociales, reivindicaciones constitucionales y avances políticos que permitieron a las mujeres ejercer sus derechos políticos en el país.
Hace 72 años, logramos un importante avance en la historia de México al reconocer el derecho de las mujeres a participar en la política, y hoy por primera vez una mujer ocupa la silla presidencial, además de que en la actualidad 13 estados de México están gobernados por mujeres, reflejando un avance significativo en la participación femenina en cargos de liderazgo popular, que simboliza el progreso en la representación y empoderamiento femenino en el país.
En la región de América Latina y Caribe, según cifras del observatorio de igualdad de género de la CEPAL, México ocupa el noveno lugar en el poder ejecutivo con el 37.5 por ciento, el sexto en el poder judicial con el 50 por ciento, el tercer lugar en el poder legislativo después de Nicaragua y Cuba con el 50.4 por ciento, el tercer lugar en gobiernos locales después de Bolivia, y Antigua y Barbuda con el 47.5 por ciento, el quinto lugar de mujeres alcaldesas con el 22.9 por ciento, y el cuarto lugar de mujeres concejalas, después de Venezuela, Nicaragua y Bolivia con el 48.5 por ciento, gracias a las reformas legislativas en materia de participación política de las mujeres.
El 17 de octubre nos recuerda que la lucha por la igualdad continúa, aunque hemos conquistado derechos como el voto, aún queda mucho por hacer para asegurar que todas las mujeres tengan voz y participación plena en todos los ámbitos públicos.
¡La historia de las pioneras nos motiva a seguir trabajando por un futuro donde la igualdad de género sea una realidad!