En su única parada en España, el británico Robbie Williams, de gira europea tras superar su última depresión, ha demostrado que la música amasa a fieras pero también es capaz de dotar de autoconfianza y liberación. Una energía positiva que también han sentido las 32 mil almas que han abarrotado este sábado el RCDE Stadium.
Rebelde, enérgico y entregado, Williams ha repasado durante más de dos horas ‘hits’ de la mayoría de sus álbumes, desde su primer trabajo en solitario tras romper con la ‘boy band’ Take That hasta clásicos como ‘Let me entertain you’, uno de los temas elegidos para romper el hielo este sábado y que ha resultado toda una declaración de intenciones de la noche.
Se trata de la primera gira desde que Robbie Williams hablará claramente de depresión y empezara a canalizar su salud mental no solo a través de la música sino también con la pintura. Barcelona acogió precisamente el verano pasado una exposición titulada «Confessions Of A Crowded Mind» con 17 obras de arte propias inéditas.
También es su vuelta a los escenarios tras el estreno de su autobiografía musical ‘Better Man’, una película en la que repasa sus propias vivencias con la banda sonora de los éxitos de su carrera y en la que el artista es interpretado por un mono que replica su mirada y gestos con inteligencia artificial.
‘Un mono de feria enjaulado’
Y es que el cantante y compositor ha dicho haberse sentido toda su vida «un mono de feria enjaulado», un sentimiento del que lleva huyendo varias décadas con idas y venidas y del que también le ha distraído siempre el fútbol. Williams, quien de niño soñaba con ser profesional, es desde febrero el presidente de su equipo de toda la vida, el Port Vale Football Club.
Williams, que gira con coristas, bailarinas y banda en directo -lo que es cada vez menos habitual-, ha agradecido la energía del público de Barcelona: «Vosotros sois el show, lo hacéis posible. Sin vosotros yo solo sería un hombre con problemas mentales dando brincos».
La autoconciencia del artista se hace palpable todo el concierto e incluso él mismo ha hecho bromas sobre su narcisismo. Williams ha preguntado al público si aún tiene el encanto que le hizo famoso y se ha reído de su propio pasado, incluido su periodo en Take That, cuando ha dicho era «un gordito bailarín».
El rey del entretenimiento
«Si Michael Jackson fue el rey del pop, a mi me gustaría reivindicarme como el rey del entretenimiento», ha afirmado el artista, en forma a sus 51 años, con uno vestuario total look de homenaje a otro astro del escenario y las lentejuelas, Freddy Mercury.
Esta noche en el estadio de Cornellà, en el marco de su gira ‘Robbie Williams Live 2025’, sobre todo ha habido disfrute. Como en el medley que se ha marcado de versiones de algunos de sus temas favoritos, de ‘Song 2’ de Blur a ‘Livin’ on a prayer’ de Jon Bon Jovi o ‘Wonderwall’ de Oasis.
Ha seguido rockero con ‘Rock DJ’ para ponerse luego más intimista con ‘Love My Life’ que dedicó a sus hijos.
En el recital, con varios cambios de escenario para poder estar más cerca de sus fans, tampoco han faltado ‘Supreme’ de ‘Sing when you’re winning’ y el tema ‘Candy’ de ‘Take the crown’.
Reconciliado con su pasado en Take That
Quizá para reconciliarse con su pasado en Take That, Williams ha cantado ‘Relight My Fire’, un tema que también cantaron sus excolegas hace un año en su visita al festival Alma.
Robbie Williams siempre será para las fans de la banda noventera que lo sabían todo del grupo a través de la desaparecida ‘Superpop’ el malo de la película. Aunque la historia ha demostrado que tenía razón en querer volar solo. El artista ha conseguido situar 15 álbumes en el número uno de su país.
El concierto ha seguido de vuelta al escenario principal con el Williams más ‘sir’ y elegante, entonando ‘Something Beautiful’ y ‘Millenium’, el tema inspirado en otro británico de pro: James Bond.
La fiesta ha seguido con el tema ‘New York, New York’ seguida de ‘Come Undone’ de su álbum ‘Escapology’ (2002), en el que el artista y hablaba de su tendencia al autodesprecio y la excesiva autoconciencia.
Williams se ha puesto más épico y espectral hacia el final, con la romántica ‘She’s the one’ que popularizó World Party y su particular interpretación de ‘My way’.
Aunque la guinda, como era previsible en las apuestas entre el público para los bises, ha llegado con ‘Feel’, en el que muestra su angustia por nos saber cuál es su lugar en el mundo, y ‘Angels’, la balada con la que empezó a volar en solitario y matar a través de la música todos sus demonios.