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miércoles, febrero 5, 2025

Trabajar juntos por el país que deseamos…

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PIDO LA PALABRA

Estamos en una época en la que las noticias, las redes sociales y las conversaciones cotidianas nos invitan constantemente a voltear la mirada hacia el exterior, a preocuparnos por lo que ocurre en otras latitudes, específicamente hacia Estados Unidos de Norteamérica, y a medirnos con países que tienen historias, recursos y circunstancias distintas a las nuestras, Dinamarca, por ejemplo, en el sexenio pasado.

Pero, reflexionando, es momento de ocuparnos en mejorar aquí, en nuestra casa, en nuestro país. Es momento de dejar a un lado el miedo y la preocupación por lo que sucede allá afuera y enfocar nuestras energías en construir el futuro que queremos aquí.

No se trata de ignorar al mundo ni de aislarnos. Al contrario, vivimos en un mundo interconectado, donde las decisiones de otros países nos afectan y donde nuestras acciones también tienen impacto más allá de nuestras fronteras. Pero lo que quiero acentuar es que no podemos permitir que el miedo o la obsesión por los problemas externos nos paralicen o nos distraigan de lo que realmente importa: mejorar nuestra realidad, nuestra sociedad, nuestra vida.

Nuestro país es rico y no solo hablo de recursos naturales, que los tenemos todavía en buena cantidad, sino también de nuestra cultura, nuestra historia, nuestra gente. Cada rincón de este país tiene algo único que aportar. Sin embargo, es frecuente que subestimemos nuestra riqueza y, en cambio, idealicemos lo que hay afuera. No necesitamos compararnos con nadie para saber que los mexicanos valemos, y valemos mucho.

Es importante recordar que muchos de esos países que hoy admiramos también han pasado por momentos difíciles: guerras, crisis económicas, desigualdades y conflictos internos; tampoco olvidemos que ese país al que muchos ansían llegar, una buena parte de su territorio pertenecía a México, por lo que no es descabellado llamar a los norteamericanos como parte de los Estados Unidos Mexicanos, pues nosotros sí tenemos bases para decir que esa parte sigue siendo nuestra.

Es cierto que nuestro país enfrenta retos enormes, la desigualdad, la inseguridad, la corrupción, la pobreza, el acceso desigual a la educación y la salud, son problemas que no podemos ignorar. Pero también es cierto que tenemos la capacidad de enfrentarlos. No podemos esperar que otros países nos resuelvan nuestros problemas ni podemos basar nuestras decisiones en lo que otros hacen o dejan de hacer. El cambio comienza aquí, con nosotros.

En lugar de preocuparnos por las políticas de migración norteamericana, enfoquémonos en crear oportunidades para nuestra gente aquí en México. En lugar de lamentarnos por los avances tecnológicos o industriales de otros, trabajemos para fomentar la innovación y el desarrollo en nuestras propias industrias.

El cambio comienza desde lo local, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. No necesitamos ocupar cargos políticos ni ser figuras públicas para hacer la diferencia. Desde nuestras comunidades, desde nuestras profesiones, desde nuestras familias, podemos aportar al cambio. Cada pequeña acción cuenta, cada gesto, por pequeño que parezca, suma.

Lo fundamental es fomentar una cultura de colaboración. Los grandes problemas de nuestro país no se resolverán de manera individual. Necesitamos trabajar juntos, porque al final del día, este es nuestro país, nuestra casa, nuestra responsabilidad y juntos, unidos, podemos construir el futuro que todos deseamos.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.

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