La estudiante de maestría en Patrimonio Cultural de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Marilyn Stephany Espinosa Guerrero, propuso emitir una declaratoria que reconozca al Xoloitzcuintle como patrimonio biocultural de México.
Lo anterior al argumentar que el ejemplar, representa un legado biológico e histórico que debe ser protegido y transmitido, porque es un testigo vivo de la época prehispánica.
Explicó que esta raza destaca en el país por formar parte de la identidad nacional, y aunque fue domesticada desde tiempos antiguos, persiste una deuda histórica y cultural con estos animales; por ello resaltó la importancia de reforzar el vínculo que nos une a ellos e impulsar las acciones que sean necesarias para revalorarlos, protegerlos y conservarlos.
En este marco, su proyecto de tesis documenta que, durante la época precolombina, existieron cinco razas de canes: el tehui mesoamericano; el malix, originario de la región maya; el loberro, un híbrido de lobo con perro; el tlalchichi, propio del occidente; y el xoloitzcuintle, el único que logró sobrevivir como consecuencia de la cruza de ejemplares nativos con otras razas, además de las prácticas de envenenamiento durante la conquista española.