Organizaciones civiles pidieron este martes al Gobierno mexicano aumentar los impuestos sobre el alcohol, el tabaco, bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados ante la prevalencia de enfermedades como obesidad y diabetes, ligadas al consumo de este tipo de productos.
A través del estudio ‘Impuestos saludables. Más recursos para la Salud Pública’ realizado por el Centro de Análisis e Investigación Fundar, junto con El Poder del Consumidor, las organizaciones remarcaron la importancia de incrementar esos gravámenes tanto a los consumidores como a las empresas para reducir “una emergencia epidemiológica” de obesidad y diabetes.
“En este momento la principal causa de enfermedad y muerte en este país tiene que ver con el consumo de estos productos”, explicó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, quien atribuyó el consumo a la publicidad, disponibilidad, precio y promociones de las empresas.
Iván Benumea Gómez, coordinador del programa Justicia Fiscal de Fundar, informó de que los costos económicos provocados por el alcohol (2,07 por ciento del PIB), el tabaco (0,57 por ciento) y la obesidad y diabetes (1,78 por ciento) alcanzan el 4,42 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, mientras que la recaudación obtenida por los impuestos conocidos como «saludables» es del 0,6 por ciento.
“Los costos que estamos pagando mediante muchos impuestos, a través de los recursos que se destinan al sistema de salud, no son capaces de enfrentar los daños generados por estos productos”, explicó Calvillo.
Cambiar tres pilares
El informe propone cambiar tres pilares: el «fortalecimiento de los impuestos especiales sobre producción y servicios (IEPS) a productos nocivos para la salud»; la reforma a la Ley General de Salud para destinar fondos a la población sin seguridad social; e incrementar el pago del impuesto sobre la renta (ISR) de las industrias.
El plan plantea aumentar un peso el precio del cigarro, lo que elevaría la recaudación del 30,1 por ciento y reduciría la venta de tabaco en un 13,9 por ciento.
Sobre el alcohol, se establecería una cuota específica por litro puro, lo que supondría una recaudación un 42,9 por ciento mayor respecto a los ingresos de 2023.
En cuanto a las bebidas saborizadas, las cuales son consumidas a diario por el 80 por ciento de la población mexicana, aumentarían de 1,67 pesos por litro hasta los 07 pesos.
Los productos ultraprocesados, como papas fritas o botanas, pasarían del 08 por ciento al 20 por ciento, con el objetivo de reducir su consumo.
Otro de los puntos, el de garantizar fondos destinados a las personas sin seguridad social, vería un incremento del 21 por ciento por la recaudación de esos impuestos, lo que aumentaría en un 3,1 por ciento el gasto programable del Presupuesto de Egresos de la Federación del año 2024.
Sobre la subida del ISR a las industrias del alcohol, tabaco, bebidas y productos ultraprocesados, que pagan una tasa promedio del 3,82 por ciento de sus ingresos, el estudio pide reducir los beneficios fiscales a las empresas, crear una tasa mayor por el hecho de «obtener ganancias tras analizar actividades perjudiciales para la salud pública» y que estas ofrezcan una mayor transparencia financiera.
Alejandra Macías Sánchez, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), expuso que estas políticas deben ir acompañadas de otras que se dirijan a la comida saludable y con una planificación del destino de esos ingresos.
Itziar Belausteguigoitia, oficial técnica en economía del tabaco en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), explicó que los grupos de menores ingresos, que son los que tienen una mayor incidencia de estas enfermedades, son los que disminuirían en mayor medida su consumo, lo que provocaría una menor incidencia de estas enfermedades en este grupo poblacional.