El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, salió este domingo a defender su plan para continuar la ofensiva en Gaza y tomar su capital en dos ruedas de prensa, para medios extranjeros y nacionales, en las que insistió en que es «la mejor manera de terminar la guerra».
Netanyahu, que llevaba sin convocar a medios internacionales desde finales de 2024, compareció en el edificio de su oficina en Jerusalén por primera vez desde que el pasado viernes de madrugada el gabinete de seguridad israelí -que decide sobre la ofensiva en el enclave palestino- aprobara hacerse con la ciudad de Gaza.
Ante las crecientes críticas internacionales e internas a su plan, que supondría desplazar a un millón de gazatíes de una devastada Franja, el primer ministro insistió varias veces en que su plan de ocupar la ciudad gazatí es el que conducirá al fin de las hostilidades.
Aunque dijo que lanzará «muy pronto» su ofensiva, no dio plazos concretos para evacuar la ciudad, a la que este domingo por primera vez añadió los «campos del centro» de la Franja incluido el enclave costero de Mawasi, que ha servido de refugio para sus desplazados durante meses como supuesta ‘zona segura’ -a pesar de seguir sufriendo ataques- y donde ahora se estima que hay alrededor de 400 mil personas.
Según Netanyahu, la ciudad de Gaza y estos campos son «los dos bastiones» que quedan de Hamás en el enclave palestino y las dos zonas que el gabinete de seguridad ordenó al Ejército desmantelar. «Contrariamente a las afirmaciones falsas», dijo, tomarlas «es la mejor manera de terminar la guerra» y de hacerlo «rápidamente».
«Campaña global de mentiras»
Netanyahu negó una vez más que Israel haya llevado a cabo una política de hambre en Gaza, ya que en caso contrario, dijo, «nadie habría sobrevivido tras dos años de guerra», en medio de las afirmaciones de que el enclave se encuentra al borde de la hambruna hechas por las organizaciones internacionales, que piden a Israel que deje entrar más ayuda.