El francés Kylian Mbappé cerró un debut para el recuerdo como jugador del Real Madrid al levantar su primer título oficial con el conjunto blanco, la Supercopa de Europa, y contribuir además con el segundo tanto del triunfo de los suyos por 2-0 contra el Atalanta italiano.
Tal como se esperaba en la previa del choque entre el vigente ganador de la Liga de Campeones y el de la Liga Europa, la noticia de la titularidad del galo se confirmó cerca de dos horas antes del partido, como acompañante en el frente de ataque de los brasileños Vinicius Jr. y Rodrygo Goes.
En ese dibujo inicial Mbappé, recibido por la grada con un ovación más sonora que la dedicada al resto de sus compañeros cuando se anunció su nombre por megafonía, partía como delantero centro. Y esa fue su posición habitual en fase ofensiva, si bien cayó a banda cuando la situación lo requería, sin la soltura aún que da la perfecta adaptación a un sistema y un estilo.
Con todo, dejó apuntes de buena sintonía sobre el verde con Vinicius Jr. y algún destello. Un tiro suyo desde el interior del área tapado por un defensa levantó ligeramente a los aficionados de blanco, que además de aplaudieron cuando intentó regatear a varios contrarios en una acción aislada en el centro del campo. Poco más en los cuarenta y cinco minutos iniciales.