Antonio González Castillo, originario de la comunidad de Carpinteros en el municipio de San Agustín Metzquititlán, es un maestro artesano que comenzó a tallar pedazos de madera desde que tenía 10 años de edad, hoy, a sus 58 años, relata para Diario Plaza Juárez, cómo ha sido su vida y la forma en que la tradición se ha modificado con el paso de los años.
“Nosotros estamos trabajando todo el año, hacemos máscaras de todo tipo, incluso diseños que nos piden los clientes, ya sea para carnaval, para obras de teatro, para danzas, para el Xantolo, y para que algunos las tengan colgadas en sus casas. A veces salimos a exposiciones con nuestras máscaras y las compran turistas de otros países”, explica don Antonio, mientras sus manos no dejan de trabajar en un tronco de madera que en breve se convertirá en un rostro que, tras ser pintado, dará vida a una máscara más de las tantas que ha hecho en más de 40 años de trabajo, y de las cuales ha perdido la cuenta.
González Castillo ha sido testigo de la forma en que la tradición del carnaval se ha modificado, así mismo los disfraces que se utilizan y la forma en que se ocupan las máscaras de madera, objetos que se han visto amenazados ante la venta de máscaras de látex, plástico o fibra de vidrio, que, al ser más baratas, son más accesibles para la gente pero que generan incomodidad al usarlas, además de que atentan contra una tradición que gracias a los artesanos de Carpinteros, se resiste a morir, aún así el golpe de la “modernidad” ha hecho que los propios diseños de las máscaras de madera tengan que modificarse para poder competir con los diseños de los productos industriales.
“Hoy en día, el cliente pide sobre diseño, ven el diseño en internet o donde sea y la quieren igual, no sale igual porque es a mano todo, pero tratamos de igualarlas un poco. A mí, no se me olvida la máscara tradicional, yo hago de todo pero realmente aquí las tradicionales ya no las compra la gente. Las tradicionales son de viejo con bigotes o barbas y diablos tradicionales como este que estoy haciendo, esos demonios con greñas antes no había, empezaron últimamente a hacerse como tradicionales pero no son tradicionales”, explica el maestro artesano.
Sin embargo, y a pesar de que se ha acoplado a la exigencia de los clientes, no puede evitar que su mirada refleje la nostalgia por los diseños tradicionales: “lo que me entristece es que se quedó abajo la tradición. Antes aquí se disfrazaba uno con máscaras normales y su traje de indio, de manta blanca, su machete, su morral y hacíamos jugadas por ejemplo el toro con el arreador; el venado y el cazador así era la tradición aquí y que no se asome el pelo ni las orejas, tenía que andar uno bien tapado que nomás se vean los ojos, aquí la tradición es eso”.
La elaboración de máscaras de madera es un proceso que puede durar días, depende del diseño los complementos, la pintura y los acabados sin embargo, no siempre son bien pagadas, hay ocasiones en que se hacen intercambios con los proveedores de la madera, o se tienen que dar precios más bajos, sobre todo en diseños tradicionales, debido a que la gente prefiere diseños “modernos”.
Don Antonio expresa que una de sus motivaciones para continuar con su trabajo, es la satisfacción que le provoca ver sus máscaras cuando bailan en carnaval, ver cómo ganan premios en concursos o exposiciones, aunque también reconoce que no ha podido quedarse con ninguna de las que han sido premiadas, ya que “debido a la necesidad” tienen que venderlas.
Antonio González Castillo, es uno de los artesanos que continúan con la fabricación manual de máscaras de madera, un trabajo arduo pero satisfactorio cuando las piezas quedan terminadas, obras que sin duda ponen en alto el nombre de su comunidad, del municipio y del estado de Hidalgo.
Puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de YouTube Plaza Juarez TV, https://youtu.be/7AvR9EWqLxY?si=smkzLXS_Z2vhOCog y si hay interés en adquirir una de las máscaras de don Antonio González, se pueden poner en contacto al número de celular, 771 – 176 – 60 – 48 o buscarla en espacios de exhibición como “Hidarte” o en exposiciones que se realizan principalmente en Pachuca.