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domingo, diciembre 22, 2024

Li Qiang busca el apoyo de Nueva Zelanda para entrar en el Acuerdo Transpacífico

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El primer ministro de China, Li Qiang, afirmó este jueves desde Wellington que busca trabajar con Nueva Zelanda para impulsar la intención de Pekín de entrar en el Acuerdo Transpacífico CPTPP (o TPP-11).

Li, quien inició hoy una gira por Nueva Zelanda, dijo mediante un traductor en una conferencia de prensa junto a su homólogo neozelandés, el conservador Christopher Luxon, que su país seguirá trabajando para «el fortalecimiento de la comunicación y la coordinación (con las autoridades neozelandesas) sobre el CPTPP».

Decisión por consenso

China solicitó oficialmente en 2021 su unión al CPTPP, uno de los mayores acuerdos de libre comercio del mundo, el cual abarca el 15 % del PIB mundial y que está conformado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Reino Unido y Vietnam.

Desde que entró en vigor en 2018 -el CPTPP fue el acuerdo heredero del TPP original tras la salida de EE.UU. a voluntad del expresidente Donald Trump en 2017-, Reino Unido ha sido el único país en adherirse al grupo, mientras China, al igual que Taiwán, Ucrania y Uruguay han iniciado el proceso de adhesión al tratado.

Pese a que el deseo chino de unirse al bloque fue abordado en la reunión con Luxon, el mandatario neozelandés aclaró más tarde a periodistas en Wellington que su Gobierno no hace «lobby (…) por ningún país», ya que los principios del CPTPP «son bastante claros» y que se necesita consenso para aceptar a un nuevo aspirante.

Acercamiento comercial

En lo que sí estuvieron de acuerdo ambos mandatarios fue en la defensa del multilateralismo y la cooperación bilateral en comercio e inversiones, según explicó Li Qiang, el segundo funcionario de más alto rango de China que visita Nueva Zelanda desde 2017.

En esa línea, Li aseguró que «China está dispuesta a formar parte del esfuerzo de Nueva Zelanda por duplicar el valor de las exportaciones en la próxima década, aunque no dejó de recordar que los dos países «deben atenerse a sus normas de no injerencia en los asuntos internos y promover el entendimiento común y la tolerancia».

La gira de Li también coincide con el décimo aniversario de la firma del acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre Nueva Zelanda y China, su principal socio comercial y con el que tiene un intercambio comercial de unos 23.200 millones de dólares estadounidenses (21.450 millones de euros).

Para Luxon, la presencia de Li en su país destaca la «importante y exitosa» relación económica entre Nueva Zelanda y China, que -según dijo- se tradujo hoy en la firma de diversos convenios bilaterales para reforzar la cooperación en materia comercial, económica y ambiental.

Diferencias ideológicas

Esta relación compleja no impidió abordar asuntos espinosos regionales e internacionales, que incluyen «cuestiones sobre las que nuestras perspectivas difieren», explicó Luxon a periodistas, al insistir en que se hizo de «forma coherente» a pesar de las diferencias ideológicas y de los modelos políticos.

Nueva Zelanda, una nación que pertenece a la alianza de Inteligencia «Cinco Ojos» junto a Australia, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, está preocupada por la creciente influencia de China en la estratégica región del Indopacífico, donde el gigante asiático mantiene diversas disputas territoriales con sus vecinos.

Además, Pekín mira con recelo que Wellington se una al segundo pilar tecnológico del acuerdo AUKUS, creado en 2021 por Washington, Camberra y Londres para aumentar su presencia en el Indopacífico y que incluye la adquisición y desarrollo de submarinos nucleares en Australia.

En la reunión de hoy, los dos mandatarios abordaron estos asuntos espinosos como el AUKUS y la interferencia extranjera y los ciberataques que ha sufrido Nueva Zelanda en el pasado, aunque China ha negado su implicación.

«Siempre nos hemos mostrado muy francos sobre las injerencias extranjeras… No toleramos las injerencias de ningún país», subrayó Luxon.

Además de Nueva Zelanda, Li irá el sábado a Australia y después a Malasia, en una señal de deshielo con el país oceánico y en medio de las tensiones entre Pekín y Manila por la soberanía de territorios en el mar de China Meridional.

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