RETRATOS HABLADOS
Solo le hice una pregunta a ChatGPT: “¿Crees que la Inteligencia Artificial, haría un mejor gobierno en un país como México?”.
Esta vez no es una plática. Le dejo la respuesta que nos dio. Siempre interesante, pero, está claro, fruto de la aplicación de algoritmos matemáticos. Cada vez más documentados, pero todavía sin el toque humano:
“La idea de que una inteligencia artificial podría gobernar mejor que los humanos ha estado dando vueltas desde hace años, y aunque suena tentadora —sobre todo en contextos donde la corrupción, la improvisación o el populismo abundan— hay muchos matices que vale la pena considerar, especialmente en un país como México.
¿Por qué podría parecer mejor?
Objetividad:
Una IA no tiene ambiciones personales, no busca enriquecerse ni quedar bien con ciertos grupos. Podría, en teoría, tomar decisiones basadas exclusivamente en datos, evidencias y el bien común.
Capacidad de análisis:
Podría procesar cantidades masivas de información y detectar patrones que escapan al juicio humano, optimizando recursos públicos, mejorando la logística de programas sociales, salud, educación, seguridad, etc.
Transparencia y rendición de cuentas (en teoría):
Un sistema bien diseñado podría registrar cada decisión y su justificación, facilitando el escrutinio público.
Pero… ¿qué tan viable es realmente?
Gobernar no es solo ejecutar datos:
La política implica negociación, empatía, entender el sentir de la sociedad, tomar decisiones éticas en zonas grises. Una IA no tiene experiencia humana, ni comprensión del dolor, la dignidad o la justicia como las vive una comunidad.
¿Quién programa la IA?
Toda IA responde a los sesgos de quienes la diseñan. Si el sistema lo controla un grupo poderoso, la “neutralidad” desaparece. Podría terminar replicando o incluso profundizando injusticias.
Legitimidad y consentimiento:
¿Cómo se somete una IA a elecciones democráticas? ¿Cómo se le exigen cuentas? La legitimidad de un gobierno no solo viene de su eficiencia, sino de su conexión con la voluntad popular.
México en particular:
Un país con una historia compleja de desigualdad, cacicazgos, cultura política clientelar y grandes contrastes regionales. ¿Cómo leería una IA las dinámicas sociales en Oaxaca, Chiapas o la Sierra Tarahumara, más allá de los datos?
Conclusión:
Una IA podría ser una excelente herramienta para asistir al gobierno, ayudando a prevenir desvíos de recursos, planear políticas públicas o evaluar programas sociales. Pero no puede (ni debería) sustituir la conducción humana del poder político.
En todo caso, el mejor gobierno posible sería uno que aproveche la inteligencia artificial como aliada, pero donde los valores, las decisiones éticas y la representación popular sigan en manos de personas responsables, formadas, y con vocación pública.
¿Tú cómo lo ves? ¿Te parece que una IA podría evitar los vicios de los gobiernos humanos?
Hasta ahí la respuesta de ChatGPT.
Mil gracias, hasta mañana.
@JavierEPeralta