Nuevos tiempos en la información

RETRATOS HABLADOS

   •    Quien haya visto trabajar una rotativa, estará cierto que se trata de un algo mágico, único


Ha quedado poco espacio para la reflexión en los medios informativos de estos tiempos, porque hay prisa y un nulo interés por ir más allá de hojear los encabezados que aparecen en el celular, mirar un video que siempre tendrá que ser en torno a enfrentamientos de manifestantes con la policía, incendios, atropellados, guerra, terremotos, muerte, mucha muerte.
    Sin embargo es imposible sustraerse a esta modernidad que día con día cobra más víctimas, entre ellas al grupo selecto de hombres y mujeres que dedican la noche y madrugada a confeccionar la vestimenta con la que al otro día se presentará a la sociedad, el festejado de vida efímera que es el periódico impreso.
    Quien haya visto trabajar una rotativa, estará cierto que se trata de un algo mágico, único, porque de la pantalla logra escaparse algo vivo, que corre a velocidad vertiginosa en los rodillos de impresión para salir dibujado en papel, en ejemplares que tendrán su destino particular.
    Ahora todo lo señalado se queda en el monitor, en esquemas que difícilmente cambian porque se rellenan a toda prisa, y la vida de ese personaje que intenta asumirse como único, no dura siquiera hasta el mediodía como los impresos que se empiezan a poner amarillos con el sol. No, su vida es de minutos, a veces segundos y ya, esa es su historia.
    Y si la noticia es tan veloz, apenas posible de ver, los artículos de reflexión empiezan a ser cosa del pasado, porque la prisa es contraria a la posibilidad de analizar, pensar en torno a los tantos fenómenos que nos afectan directamente. Se trata de una competencia tan descarnada, que no son pocos los que se lanzan con versiones no confirmadas y crean una idea equivocada de que el periodismo digital o en internet, puede mentir a su gusto, porque “llevaba prisa”.
    De este modo no pasa día sin que alguien sea atropellado por esos conductores locos, que últimamente ya ni siquiera piden perdón o se hacen responsables por el daño ocasionado. Todo se vale, así dicen algunos.
    Pero ese es el futuro, el presente. Un paso adelante, dos atrás. Pero es irremediable.
    Los lectores de periódicos son una generación que está de salida, que incluso cada vez lee menos, y que tampoco lograron que sus herederos hayan adquirido el gusto por la lectura.
    Y ahora es el tiempo de los teléfonos inteligentes. Porque ni las pantallas grandes de una computadora, ni las tabletas. Todo se reduce al celular, a sentirse informado con una simple hojeada de alguno de tantos medios que existen.
    Pero no hay remedio.
    Y es difícil encontrar un punto medio en que el atragantamiento por información desaparezca en definitiva la posibilidad de reflexionar, de pensar. Tal vez no lo haya.
    Sin embargo es de esperarse que a la marabunta de noticias, surja en los mismos medios modernos esa posibilidad de caminar un poco más lento, y pensar, simplemente pensar.
Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@gmail.com
@JavierEPeralta

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